Nammi subió al ascensor, con Luc de la mano, quien solo podía verla, casi sin pestañar, su corazón se agitaba en un océano de emociones, ¿Nammi lo había perdonado? ¿ella había recuperado la memoria? ¿ella queria permanecer a su lado? Quizás la mas importante de todas era si Nammi lo amaba.
Mientras que los señores Zabet le daban miradas furtivas a Amir, quien veía con recelo a Nammi.
— Amir, ver de esa forma a las personas no es educado. — lo regaño en voz baja Candy, y su bisnieto bufo.
— ¿Te preguntas si es verdad lo que le dije a Greco? — indago la castaña viéndolo a los ojos, y Candy apretó la mano de su esposo, por el brillo que los ojos de Nammi reflejaban, era ver a Melody, definitivamente.
— Sé que no lo es… — respondió con altanería Amir Rossi y Nammi le mostro media sonrisa cargada de petulancia.
— Diablo. — lo llamo con un susurro y Candy la vio maravillada. — Nunca olvides que conozco el infierno mejor que tú.
— Solo estas fanfarroneando. — se quejó el llamado diablo, cuan