En ese momento, David entró.
—¿Cómo está Christopher? —preguntó Dominic.
—El joven amo sigue encerrado en su habitación —respondió David.
Dominic se irguió, apretándose el puente de la nariz. Raros destellos de duda cruzaron sus facciones.—¿Crees que me equivoqué en algo?
David vaciló un instant