Al escuchar las quejas de Víctor, Alessia destapó el frasco y olfateó el líquido en su interior.
Notó que, en cuanto lo tomó, la mirada de Enzo se posó en ella, cargada de nerviosismo.
Alessia lo observó.
Enzo la miró fijamente a los ojos y la apremió:
—Sia, cuando lo bebas, recuperarás la memoria.