—¡Abuela, hay alguien que viene a verte! —Christian miró hacia la puerta.
Evelyn guardó el papel con la información en el bolsillo y, con sus ojos apagados, también volteó hacia la puerta mientras se ponía de pie con esfuerzo.
Llevaba tiempo escondida en X Hill… ¿podría ser él viniendo de nuevo?
Al ver que Evelyn se levantaba, Christian corrió a apoyarla y se ofreció con entusiasmo: —¡Abuela, yo voy a abrir la puerta!
Los ojos de Evelyn se suavizaron y le dio unas palmaditas a la mano regordeta de Christian: —¡Ve!
Christian mostró sus dientes blancos y salió disparado con sus pequeñas piernas.
La puerta se abrió, y afuera estaban la dueña del hostal y un grupo encabezado por Dominic.
El rostro de Dominic estaba tan frío como si alguien le debiera diez millones, acompañado de tres matones borrachos. Por donde se le mirara, no parecía que vinieran con buenas intenciones.
Evelyn se apresuró, queriendo proteger a Christian.
Cuando Bianca vio que Christian estaba a salvo frente a ella, sol