Pagarán lo que me hicieron, lo juro... Una infidelidad y una traición cambiaron la vida de Michael, CEO de una gran empresa, su deseo de vengarse lo llevará a establecer un matrimonio por contrato con la hermosa Sofía cuya vida miserable cambiará de un instante a otro. Mentiras, accidentes, secuestros y mucha pasión envolverá a esta joven pareja, ¿será posible que Sofía cautive el corazón de este hombre, incapaz de volver a amar? ¿Podrá Sofía perdonarle tantas mentiras y secretos ocultos?
Leer más-¡Te casarás! Ya he arreglado todo, hoy vendrán por tí y firmarás un contrato prematrimonial, te irás y no volveré a verte nunca ¡maldita bastarda!
Dijo Irina a su hija Sofía dándole una patada en el estómago. -¿Por qué me odias tanto? ¡Eres mi madre, se supone que debes amarme! Sofía se quejaba, pero Irina no contestó, la había odiado desde el día en que se enteró que estaba embarazada de ella. Intentó venderla muchas veces pero siempre algo lo arruinaba todo, esta vez lo había logrado a través de un intermediario por nada menos que 100 millones de dólares, no conocía al comprador pero esperaba que fuera tan malo con ella que la hiciera desear estar muerta. Dos horas más tarde un hombre sudoroso de unos 200 kg tocaba a su puerta. Irina abrió y dejó entrar al sujeto de mirada hosca. -Vengo por Sofía, aquí está el contrato, sólo tiene que hacerla firmar y el dinero será transferido a su cuenta. Mientras más rápido firme mejor será para todos. -¡Sofía! Ven aquí estúpida. Gritó Irina arrastrando a su hija del cabello hasta la sala, la sentó frente a la mesa colocando un bolígrafo en su mano para hacerla firmar, pero la joven se negaba. -¡No lo haré! No importa lo que me hagas, no lo haré. ¡No! -Maldita, ¡firma el contrato ya! -¡No, no, no! -¡He dicho que firmes!, ¡Firma el maldito contrato! ¡Paz! Una bofetada le hizo girar el rostro y salpicar con sus lágrimas el contrato que tenía en frente. No sabía de que se trataba, sólo tenía unas cuántas líneas en las cuales establecía que se casaría con un hombre llamado Michael. Irina tomó la muñeca de Sofía para obligarla a estampar su firma en el papel, luego la abofeteó por última vez y entregó el contrato al gordo frente a ella quien al momento tomó su teléfono y realizó una transferencia de 100 millones de dólares a la cuenta de Irina, al ver la notificación Irina sonrió complacida y con altanería dijo: -¡Váyanse ya! No necesita llevarse nada de aquí, todo lo que tiene se lo di yo.¡Nada de esto le pertenece!
-No se preocupe, le aseguro que no le hará falta. Camina preciosa, necesito tomar un baño y tú tallarás mi espalda ja ja ja... ¡Cielos mira eso, tienes mucha carne de donde agarrar! Con paso firme el gordinflón salió de la casa tomando a Sofía de un brazo, mirando su trasero con lujuria. -¡No, no!, ¡Mamá, no dejes que me lleven!, ¡por favor! Rogaba la joven mientras intentaba safarse del brazo de aquel hombre patéandolo, manoteando y enterrándole las uñas, pero nada funcionaba. -¡Por favor, déjeme ir! Sollozaba, pero inmediatamente el hombre la abofeteó y la aventó dentro de un lujoso Bently verde olivo mientras Irina observaba por la ventana con una sonrisa cruel en el rostro. El auto los llevó al aeropuerto, donde la arrastraron para subirla a un Jet privado que los llevó a Münich. Durante el viaje se quedó dormida, todo el día había sido golpeada por su madre y luego por su gordo y repugnante esposo y estaba agotada de tanto llorar, suplicar y que nadie la ayudara. En el aeropuerto de Münich un Rolls Royce negro los esperaba, después de ser obligada a bajar a bofetadas subió al auto y fue llevada a una mansión estilo Victoriano donde unos sujetos armados la condujeron hasta una amplia oficina. -Señor, su esposa ha llegado... -Gracias. Pueden retirarse. De pie frente a la ventana se encontraba un hombre de 28 años, 1.90 m y 82 kg, alto, de buen cuerpo y porte elegante. En cuanto los hombres se retiraron se giró para ver a la hermosa joven de 23 años. (Vaya, es más hermosa que en las fotos, sin duda Justin tiene buen gusto, lástima ahora es mía) -¡Bienvenida a casa, princesa! Dijo con voz grave y una sonrisa coqueta. -¿Quién es usted? Preguntó Sofía con la piel erizada, el hombre que le acababa de dar la bienvenida era un monumento a la belleza, ¡un perfecto Adonis! y acababa de llamarla princesa. (Qué hombre tan guapo) -¿Cómo que quién? Yo soy Michael, tu esposo...Una losa pareció caer sobre Michael al escuchar la confirmación de Eliss, se miraron por un tiempo hasta que él decidió interrumpir el silencio mientras Sofía los miraba con una expresión de terror.-Entiendo, lo suponía. Gracias por confirmarlo. -Entonces...Interrumpió Sofía.-¿Qué pasa princesa? -¿Cuándo se mudará Nathan? Hay que acondicionar su habitación y preparar todo para su llegada, le pediré a Alicia si puede traer algunas de sus pertenencias ya que ella ha ido a su casa y es quien ¿Siguen juntos?Michael se mostraba sorprendido, Sofía era bastante diligente y parecía emocionada de contribuir en lo que pudiera en los asuntos familiares y eso le agradaba. Luego recordó su pregunta y respondió con cierta incomodidad.-Me temo que no Sofía, Alicia buscó a Nathan por órdenes mías princesa, sólo por eso. -Ya veo, aunque yo la noté un poco... Preocupada por él en el hospital. No sé, tal vez fue mi imaginación. -Yo también lo noté, su preocupación parecía genuina y no creo
De la nada el rostro de Michael se ensombreció al recordar las palabras de Eliss.-Mamá, sé que no es buen momento, pero ¿El padre de Nathan está muerto? ¿Es eso cierto?-Lo es.Dijo Eliss bajando la mirada, Sofía pudo notar el dolor que había en esta y miró a su esposo mientras le hacía señas para que no continuara con las preguntas.-Qué lástima, me hubiera gustado conocer al padre de mi hermano, Nathan es un gran hombre, seguro su padre también lo fue.El ambiente se alivianó un poco, una lágrima rodó por la mejilla de Eliss, esta mordió su labio inferior por instinto y luego levantó la mirada, con una sonrisa amarga respondió. -Tal vez, es mejor así... Si el padre de Nathan estuviera vivo probablemente ustedes no hubieran nacido o serían diferentes a lo que son ahora.Con esto Michael comprendió. El padre de Nathan era el hombre al que Eliss amaba, si él no hubiera muerto, ella jamás se hubiera casado con su padre y él y sus hermanos no habrían nacido o serían diferentes, justo c
-Lo lamento.Los ojos de Sofía se humedecieron, aunque no estaba de acuerdo con la forma de resolver los asuntos del padre de Michael, se sentía avergonzada por lo que Igor había hecho. Eliss la miró con ternura y agradecimiento y Michael con un alivio profundo. Había olvidado que Igor era el padre de Sofía, pero ya que estos dos no mantenían una relación cercana, pensar que ella hubiera podido contactarlo tampoco sería algo lógico, menos por Nathan, era su padrino si, pero no creía que este fuera tan importante para ella o incluso Eliss, pero oírla mencionar que Eliss estaba desesperada y quiso ayudarla, eso lo conmovió.Michael se acercó a ella y la besó en los labios con suavidad antes de estrecharla en un abrazo.-Gracias... Si no lo hubieras hecho no habríamos encontrado a Nathan con vida. -Es cierto, muchas gracias Sofía. Y sobre mi esposo, no te preocupes Igor no le hizo daño, sólo lo retrasó y consiguió más tiempo para que Michael y Alicia lo encontraran. Mi esposo es más d
Los ánimos estaban calientes. -¡Ustedes dos se confabularon para atacarme y defender a ese bastardo! -¡Pero qué dices! Yo no te ataqué y mi madre menos. ¿Cuándo se ha metido ella en los problemas entre tú y yo? -¡No digas mentiras! ¡Sé que fuiste tú! ¡Tú le pediste ayuda a ese bastardo de Igor Ivannovich para que me atacara y él lo hizo! ¡Sólo alguien con tanto poder como tú es capaz de tener esos contactos!Los ojos y la boca de Michael se abrieron al escuchar el nombre, si su padre decía la verdad entonces... La persona que lo había ayudado a encontrar a Nathan era...-No finjas sorpresa ¿O será que lo que te sorprende es que te haya descubierto?La cabeza de Michael daba vueltas, no podía pensar con claridad, pero rápidamente ató algunos cabos, si su padre estaba así de furioso y sabía quién lo atacó, en lugar de atacar a Eliss debería estar intentando devolver el golpe, si no lo hacía entonces era porque no podía, había al menos una persona en el mundo a quién su padre podría
Eliss salió de la habitación y se dirigió a sus hijos. Todos la miraban preocupados.-Chicos, sé que les debo muchas explicaciones, pero... Por favor no le digan nada de esto a Hanna, si su hermana se entera... -Lo sabemos madre. No tienes que pedirlo y en realidad, tampoco tienes que darnos explicaciones, aunque las quisiéramos y estamos algo molestos contigo, no estás obligada.La culpa pesaba en el pecho de Eliss al escuchar las palabras de Erin.-Señora Eliss, vamos a casa, necesita descansar.Sofía interrumpió los pensamientos de su suegra y se la llevó a la salida donde ya las esperaban. En el camino ninguna mencionó nada de lo ocurrido. Cuando llegaron a la mansión Eliss se apresuró a subir a la habitación que le habían asignado y tomó un baño, mientras Sofía le contaba todo a Nana.En la habitación de hospital Alicia realizaba llamadas intentando averiguar sobre el accidente del padre de Michael y la persona que los había ayudado a encontrar a Nathan, pero no había rastro de
Michael miró a sus hermanos y entendió la gravedad del asunto, se giró y regresó a la habitación de Nathan.-Mamá tienes que irte. Papá está furioso, te está buscando, además tuvo un accidente y piensa que yo lo provoqué para salvar a Nathan, por favor ve a casa, pero no a la tuya, ve a mi casa y quédate ahí, si mi padre intenta llevarte dile que te sientes indispuesta, inventa alguna enfermedad o lo que sea pero por favor vete, si mi padre viene y te encuentra aquí las cosas se pondrán muy feas. -¿Qué? ¡Pero qué fue lo que sucedió! ¿Tu padre está bien? -Al parecer si. Madre me sorprendes. Casi mata a tu hijo y aún preguntas por él. -Eso no importa ahora Michael ¿Qué fue lo que sucedió? -No lo sé madre, pero tienes que irte, Soren te llevará a ti y a Sofía, yo me quedaré con Alicia cuidando a Nathan. -Pero... -Mamá, por favor. Sé lo mucho que te preocupa Nathan, pero es urgente que te vayas. Si no lo haces lo pondrás en mayor riesgo y no sé si tengo suficientes hombres ahora p
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