Al día siguiente, Isabella se siente más renovada que nunca. Al final, Alexander sí que tenía razón, necesitaban desestresarse un poco.
Extrañaba a sus pequeños con locura, pero si verlos poco y no tenerlos con ella en casa, era el precio que teniauque pagar por su seguridad, lo haría el tiempo que hiciera falta.
La mañana estaba radiante y la luz del sol penetraba por los enormes ventanales de la oficina. Isabella había ido para trabajar en una nueva idea del proyecto social que tenía con Henry, estaba entusiasmada por ello.
Su celular vibra con fuerza dentro del bolso y la sobresalta al tomarla por sorpresa.
Al principio no le da importancia. Está concentrada revisando algunos artículos que hablan muy bien del proyecto y de lo mucho que ha logrado en tan poco tiempo.
Es una mañana tranquila, de esas que ya no abundan desde que todo explotó. No pensaba tomar la llamada hasta que ve de quien se trataba y estaba ansiosa por contarle los nuevos planes.
Henry.
Extrañada, responde, per