Si no lo hubiera necesitado, ni aquellas mujeres la hubieran ido a buscar para darle una advertencia implícita, si no tuviera tanto miedo de perder lo único que le quedaba e importaba en la vida más que ella misma, no hubiese vuelto nunca en su vida a la mansión de aquel hombre.
Parecía mofarse de ella, a pesar de que estaba enteramente serio y se había cruzado de brazos.
Aún no podía recordar de quién se trataba y le costaba horrores comprender por qué la veía como si quisiera hacerla desaparecer y su sola presencia resultara insoportable.
Estaba reprimiendo las ganas de ir por Ciro, quien estaba tranquilo y ajeno a todo observando y tomando unos cuantos libros para luego descartarlos y seguir revisando más, e irse.
No podía hacerlo. Estaba acorralada. Lo necesitaba. Ese compromiso falso podría ser la oportunidad, tal vez la única, de conseguir una vida en paz.
Sus ojos se pusieron llorosos y estuvo a nada de quebrarse por completo delante del desconocido, cuando no había llorado d