—Jamás volveré a estar con Juan, y mucho menos me casaré con él.
El tono de Estrella era firme, su voz helada.
Al escuchar sus palabras, el rostro de Joaquín se ensombreció al instante.
—¡Repite eso!
—Jamás volveré a estar con Juan—
¡Paf!
Antes de que Estrella pudiera terminar de hablar, Joaquín le dio una fuerte bofetada que la tiró al suelo.
Carolina se sobresaltó y rápidamente se acercó a ayudarla.
—Estrella, ¿estás bien?
—¡No la ayudes!
Joaquín agarró la mano de Carolina, impaciente la apartó a un lado, luego miró a Estrella tirada en el suelo y habló desde arriba:
—Tú, maldición andante, ¿realmente quieres destruir a los Zelaya? ¿Sabes acaso qué tan graves son las pérdidas del grupo ahora? Necesitamos la ayuda de los Quiroz para superar esta crisis. En este momento crítico tú terminas con Juan, ¿no es esto arruinar al grupo?
El rostro de Estrella ardía de dolor. Se apoyó en el suelo para levantarse, miró a Joaquín sin expresión:
—¿Qué tiene que ver conmigo? Jamás he gastado ni un