Cada palabra y frase era considerando lo mejor para ella.
Pero las lágrimas humedecieron los ojos de Estrella, habló con voz seca:
—Mamá, ¿por qué tengo que vivir siempre dependiendo de otros? Cuando era pequeña dependía del abuelo para tener un hogar, pero después de que el abuelo murió, me convertí en una niña sin hogar. Ahora quieres que me case con los Quiroz, pero ¿has pensado en esto? Manuel ya es mayor, ¿qué pasará cuando él muera? En cuanto a Juan, ahora mismo puede humillarme por otra mujer, ¿crees que podrá tratarme bien en el futuro? No quiero vivir dependiendo de un poco de su cariño, de un poco de su felicidad. Mi vida aún es larga, no quiero este tipo de vida donde puedo ver el final de un vistazo.
Expuso completamente los pensamientos de su corazón. Carolina la miró con cierta sorpresa, como si estuviera reconociendo a su hija por primera vez.
—Pero, pero antes tú querías mucho casarte con Juan, ¿verdad?
—Eso era porque pensaba que Juan también tenía sentimientos hacia m