Sé que soy impulsiva, pero a veces en la vida uno tiene que ser así. Si no, te quedas atorado, sin poder salir de donde estás.Después de subirme al auto, Adam me miró. Me miró varias veces y, al final, no aguantó más:—Esmeralda, se sincera ¿tú en serio quieres casarte conmigo?En cuanto lo dijo, se notó que se arrepintió.Le dio miedo que, si yo lo pensaba un poco más, decidiera no hacerlo.Sabía que esta era su única chance de cumplir ese sueño.Había esperado diez años. ¡Diez largos años!Y justo ahora va y suelta esa pregunta.¡Qué bruto!Pero, mientras más lo veía con esa carita de culpa, más me parecía que era un muy buen hombre. Aunque tenía miedo de que yo me echara para atrás, igual me pedía que lo pensara mejor, solo para que no me arrepintiera después.Pensé que casarme con alguien que de verdad se preocupa por mí era una buena decisión.Es un buen tipo, inteligente, atractivo, y sus papás son adorables.Un niño criado en un ambiente así crecería bien.Tener una casa estable
Adam se disculpó de corazón.—Perdón, Esmeralda, me dejé llevar un poco… estaba tan feliz que actué como un adolescente.Antes de que pudiera decirle algo, parecía que me había leído la mente y siguió hablando.—No tienes por qué sentirte mal. Sé todo lo que viviste con David. Entiendo que todavía no lo superas, pero estoy dispuesto a esperarte y que me des una oportunidad.Aunque él decía que su cariño por mí era solo cosa suya, y que no esperaba nada a cambio, nadie quiere quedarse esperando la respuesta de la persona que quiere.Lo miré sin saber qué decir.Así que, al final, no dije nada y bajé del auto.No sé si algún día voy a dejar de sentir algo por David, o si podré dejar de preocuparme por él.Pero tengo que obligarme a abrirle espacio a Adam.Vamos a casarnos después de todo.Si ni siquiera puedo aceptar un beso, si me alejo por instinto, ¿cómo voy a ser su esposa? ¿Cómo vamos a formar una familia?Ya me siento mal por no poder quererlo igual, y si tampoco puedo tener una rel
Eso me hizo sentir un poco más tranquila.Antes, aunque nos llevábamos bien, lo nuestro no pasaba de ser una relación laboral.Entre socios siempre hay que mantener la cortesía, nada más.Pero volverse parte de la familia ya es otro nivel.Adam es hijo único, su familia está bien económicamente, y esta es la primera vez que se va a casar.Mientras que yo, ya estuve casada antes.La forma en que sus papás me trataron me hizo pensar que casarme con él era una gran decisión.Tenemos un estatus parecido, nos va bien con el dinero, nuestras costumbres son parecidas y nos conocemos bien.Todo eso me dio más seguridad. Ya no debía pensar en más, solo esperar al lunes para ir al registro civil.Le conté a Mila que iba a casarme con Adam.Y comparado con la idea de que me casara con cualquier otro hombre, a ella también le pareció una mejor elección.Aunque siempre quiso que soltara a David por completo, cuando le dije que quería formar una familia, no pudo evitar preocuparse.Tenía miedo de que
Pensé que mañana íbamos a casarnos, que ya seríamos esposos.Agarré la llave que estaba sobre la mesa y manejé hasta el bar para recoger a Adam.Cuando llegué y estaba por abrir la puerta, escuché de pronto:—Adam, ¿no que mañana te casas con la mujer que has amado durante diez años? Tú, que siempre fuiste tan tranquilo y nunca has sido mujeriego, justo ahora que vas a casarte con ella, dices que necesitas buscarte un zorrita. Además, ¿qué es eso de que quieres una mujer sin usar?La puerta estaba entreabierta, y desde ahí vi clarito a Adam.Lo vi levantar su copa, tomarse todo de un trago y decir:—La amo, de verdad la amo muchísimo. No sabes la locura que ha sido todo esto… cuando dijo que quería casarse conmigo, sentí que estaba soñando. Estos días han sido como un sueño.Uno de sus amigos, al escucharlo, no entendía nada.—Si la quieres tanto, ¿por qué quieres acostarte con otra antes de la boda?Adam suspiró.—Porque entre más la quiero, más me cuesta ignorar su pasado, en que ya e
Mi relación con Adam siempre fue solo de amistad, así que cuando sale a buscar a otras mujeres, no me afecta tanto.Después de todo, no estoy enamorada.Es solo que… no sé cómo explicar lo que siento ahora.Tal vez no soy tan buena para juzgar a las personas.Antes, confié tanto en Armando. Lo veía como un gran amigo, creía que era alguien decente.Pero su amabilidad tenía interés, y al final no dudó en traicionarme.Ahora pienso que Adam es una buena persona, que casarme con él me daría esa vida estable y tranquila que tanto quiero.Pero parece que me equivoqué otra vez.No estoy diciendo que no pueda salir con mujeres ni nada de eso. Yo ya estuve casada, que él haya tenido a otros hombres en mi vida es completamente normal.Eso no me molesta.Si me hubiera dicho que no me quiere, y que lo nuestro era solo un acuerdo, lo aceptaría sin problema.Pero mañana nos vamos a casar.Y aún así, después de decir todo lo que ha dicho sobre cuánto me quiere, fue al bar a buscar a otra.Esto no tie
No sé si Adam estaba ocupado, porque antes, siempre que lo llamaba, contestaba al instante. Pero esta vez tardó bastante en responder.—Esmeralda, mi vida.Su voz seguía sonando alegre, suave, cariñosa, sin señales de nada raro.Pensé que en ese momento debía estar abrazando a otra mujer, y aun así me hablaba con ese mismo tono lleno de romance.Eso me revolvió más la cabeza.No sé si es algo que pasa entre hombres y mujeres, pero yo, como mujer, siempre he sentido que si de verdad amas a alguien, no quieres tener contacto con nadie más.Y él, que dice amarme tanto, sigue sintiendo que esto es como un sueño… pero puede estar con otra como si nada.O tal vez, Adam nunca me quiso de verdad.Solo era una obsesión.Ese amor inmaduro, típico de alguien que lo ha tenido todo, menos eso que más deseaba: alguien a quien amar.Esa obsesión lo mantiene adicto a perseguir esa mujer que romantiza, mientras más lucha, más se le va de las manos.—Esmeralda, ¿estás bien?Su voz me hizo espabilar.—No
Aunque sabía que seguramente iba a poner una excusa para no venir, igual me decepcionó un poco escucharlo.Soy de esas personas que, cuando confían en alguien, lo hacen al 100%.En estos dos años que compartimos tiempo, llegué a verlo como un verdadero amigo, alguien noble.Pero ahora estoy confundida. Ya no sé si puedo seguir confiando en la gente.No sé qué es real y qué es puro teatro.No entiendo cómo alguien que parece tan buena persona puede actuar así.Me quedé callada un buen rato.Cuando Adam, al ver mi silencio, no pudo aguantarse más y me preguntó si en serio quería que viniera, le respondí con la voz más tranquila del mundo, sin ni una pizca de enojo:—No te preocupes. Ocúpate de tu asunto. Lo del trabajo es más importante.Él respiró aliviado.—Perfecto. Espérame, en cuanto termine, nos vamos juntos.—Mhm… vale. Me parece bien.Colgué y me quedé mirando por la ventana del auto.—Señor López, ¿podría conseguirme unas fotos de él con la mujer con la que está esta noche? Que s
Aunque sé que probablemente Gabriel no sea así, igual siento que puedo confiar en él.—Yo también creo en Gabriel. Es tu mejor opción. Si de verdad quieres cortar del todo con David, ojalá pienses bien en lo que haces.……Mila quería saber por qué cambié de opinión tan de golpe, así que dejó todo y vino corriendo con su novio hasta mi casa para esperarme.Cuando llegué, ni siquiera había dejado el bolso cuando ya venía hacia mí.—Amiga, ¿qué diablos pasó? ¿Por qué de repente no quieres casarte?Le conté lo que vi en el bar, todo lo que pasó.Mila escuchó, callada, con una expresión que no podía entender.Tardó un rato en decir algo.—¡No puede ser! ¡Los hombres no son gente después de todo!—Pensé que, después de diez años de estar loco por ti, iba a ser alguien que te valorara de verdad. Que te trataría como lo más importante.—¡Pero jamás imaginé esto! ¡No pensé que pudiera hacer algo así!—¿Apenas se dio cuenta de que ya estuviste casada?—¡Él sabía que habías estado con David! ¿Por