23. Confesiones

Al día siguiente: 22 de septiembre

Que tercos son los sentimientos cuando quieren, mucho más lo es la mente cuando te recuerda una y otra vez a esa persona. Llevo más de 24 horas pensándola y solo me pregunto si a ella le pasara igual. La espero dentro del auto para que podamos partir rumbo a Georgia, y cuando finalmente le veo salir del edificio, sonrió. Esta con su hermano y Mía. Observo la manera que se agacha y se despide de ella, y no puedo evitar pensar lo bien que le queda ser madre. Veo la forma en que la llena de besos y sonrió como un tonto. Una fingida tos me interrumpe y al ver hacia el frente, allí esta Carlos mirándome a través del espejo retrovisor y sonriendo para evitar reírse de lo que seguro es mi cara de tonto.

Intento disimular haciendo de cuenta que estoy en mi móvil, pero cuando la puerta de la auto se abre y mi teatro se cae. —Buenos d&iacu

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