Amelie:
Saque los billetes para contarlos, estaba complacida con ver la cantidad de dinero que había recibido por vender mi cuadro, no pensé que me fuesen a dar tanto, pero estaba contenta con el resultado del mismo.
Mil quinientos dólares.
Es una cantidad que jamas pense tener en mi vida. Estaba ansiosa y emocionada por lo que tengo en mis manos.
—Emocionada ¿eh?
—Mucho Melanie —dije—. No puedo creerlo, vendí mi primer cuadro por una gran cantidad de dinero, no creí que fuese a suceder pero al fin pasó. El hombre que lo compró es bastante intimidante —rei—, aunque vive en una enorme casa, le gusta coleccionar cosas antiguas por lo que vi.
—¿Y es guapo?
—¿Eso que? —rei de nuevo— No me fije si era guapo o no.. Lo que me importaba era tener el dinero y ya.
—Estás loca —ella negó— ¿Donde quieres que te deje?
—En el super, necesito comida.
—Amelie ¿segura que quieres andar con esa cantidad de dinero encima?
—Si, no pasará nada, tu tranquila.
—Bien.
Melanie condujo hacia donde iba a dejarme.
Yo, iba hacia otro lado pero no quería que ella lo supiera. Aun me avergüenza decirle lo que me sucede. Siento que si lo hago, ella se va a decepcionar de mi, ya me basta con mis padres.
Melanie me dejó en el super y luego se fue. Entre al supermercado, tome una cesta y me dirigí hacia el pasillo, comencé a meter comida innecesaria pero necesitaba algo para comer. Con lo que tenía del cuadro que vendí, podré pagar el alquiler que tengo atrasado y compraré algunas pinturas que me hacen falta.
Haber venido desde otro estado hasta acá no fue sencillo, puesto que aquí era el estado de las oportunidades pero nada me salio como queria, deje mis estudios, me volví loca y comencé a hacer cosas de las cuales no me siento orgullosa.
Mis padres se decepcionaron de mi cuando supieron que deje la universidad. No es algo que me haga sentir bien puesto que ellos lucharon para traerme aquí y estudiar. Pero al final lo deje todo por mis problemas.
Me dedique al arte de manera no profesional ya que no estudie, solo di clases a chicos para poder sobrevivir y pagar mis deudas. Hice eso por un corto tiempo, hasta el año pasado que comencé a usar mi arte para venderlo.
No se nada sobre arte, pero se pintar y es lo que me gusta hacer. Damon fue quien me insistió en vender mis pinturas ya que segun el, tengo el talento suficiente para hacerme conocida. No lo creía hasta ayer, que vendí mi primer cuadro, pasé algunos meses lidiando con la inseguridad de que si seria un exito o no, puesto que yo, no estudie ni era profesional, pero al ver que una persona compró mi cuadro, eso me hizo entender que yo, si tenia talento.
Puede que no sea el orgullo de mi familia, pero he hecho el más grande esfuerzo para hacerles saber lo equivocados que estaban, quizá no deba hacerlo para demostrar algo, si no para demostrarme a mi misma que ellos si estaban mal.
Haber venido a este estado fue una de las peores cosas que me ha pasado.
Pero no me quiero ir, se que suena contraproducente, pero si me voy, siento que estoy cometiendo un enorme error, algo me dice que estar aquí, sera una gran oportunidad y no pienso desaprovecharla.
(...)
Más tarde:
Me senté en el pequeño sofá de mi departamento, encendí un cigarrillo y la televisión. No había nada que ver, pero no quería tenerla apagada. Mi departamento era un desastre y no tenia ánimos de arreglarlo, estaba pensando en pintar algo lindo, pero tampoco tenía ánimos.
Me replanteaba lo complicada que es mi vida, lo mucho que he cambiado con el paso de los años. Me veo a mi misma justo ahora y no queda nada de lo que era hace unos años, precisamente cuando llegue aquí.
Tengo solo dos amigos, asi de mal estoy con socializar, aunque conozco a muchas personas, solo cuento con una, Melanie, mi mejor amiga, quien ha estado a mi lado a pesar de todo, a pesar de que no sepa ciertas cosas sobre mi.
Y no es que no confie en ella, es que siento vergüenza de que ella sepa mis problemas.
—Eres un asco Amelie —me reí—, ni vivir puedes hacer bien —le di un trago a la cerveza.
Esto era casi que a diario, tener que lidiar conmigo misma, con mis pensamientos, con mis tormentos, con todo.
¿Cómo era posible todo esto?
Si yo, no soy una mala persona, solo me han pasado cosas malas, eso pasa. Pero a veces, me lastimo a mi misma, odio eso, odio lastimarme, pero eso, me ayuda a olvidarme de muchas cosas que me cuesta sacar de mi mente.
La noche de aquella fiesta.
Lo que vino después.
Las crueles personas.
Todo.
Y es que es muy sencillo ir a terapia, eso he escuchado.
Pero no saben lo dificil para mi que es bañarme, levantarme, comer, andar, vestirme, sonreir entre otras cosas. Hago algunas de ellas por que mi cuerpo me obliga, pero mi mente me dice que no lo necesito.
Me siento por horas imaginando cómo sería mi vida si me hubiese quedado allá, siendo la chica que mis padres esperaban.
Pero no, soy todo lo contrario.
Odio fingir, pero es lo único que me mantiene a salvo de muchas cosas.
Incluso de morir.
Puede que mis pensamientos sean demasiado drásticos y un tanto dramáticos, pero es asi como me siento, como una persona sin nada, una persona vacía y me oculto a través de las pinturas, quiza algun dia alguien las entienda, así como el señor DeLacroix que supo interpretar la tristeza en mi pintura.
Me sentí muy bien cuando la compro, quiza no fue algo del otro mundo, pero para mi, fue un logro enorme, por que pude lograr venderla, a pesar de que no me tenia fe, pude hacerlo y me sentí orgullosa de mi por haberla vendido.
Es una curita a mi corazón.
(...)
Al dia siguiente:
Caminaba hacia el departamento de Damon, quien me dijo que todos los cuadros se vendieron, eso fue una buena noticia, una buena no, una excelente noticia. Eso me tiene demasiado contenta y con buen humor.
Al llegar, entré al edificio y subí hacia su departamento. Toque el timbre y este me abrió.
—Hola pequeña.
—Damon.
—Pasa.
Entre a su departamento, efectivamente no había ningún cuadro dentro, cosa que me hizo sentir muy bien.
—Entonces ¿cuántos se vendieron? —lo mire.
—Todos, pero..
—¿Pero?
—A cincuenta dólares cada uno.
—¿Que? ¿Hablas en serio?
—Lo siento Amelie —se acercó a mi—, se que esperabas más, pero entiende que ayer recién comenzaste, más bien deberías sentirte contenta de que los vendiste todos ¿No es así? Es una buena noticia.
Supongo que si lo es, no pense que los fuese a vender asi de baratos. Bueno, no soy una profesional, asi que no puedo aspirar mucho.
—Gracias por venderlos Damon.
—No hay de que —fue hacia una de las mesas y me dio un sobre—, es lo que recaude para ti.
Los conté eran quinientos dólares en total, no está nada mal la verdad. Eso me gusta.
—Ten —le di doscientos dólares—, es por haberme ayudado.
—Oye no... Lo hice de todo corazón.
—Acéptalos —extendí los billetes—, no hagas que me moleste contigo.
Damon terminó aceptandolos, es mi amigo y es lo mínimo que puedo hacer por el. Así como el ha hecho por mi.
—¿Qué hay del dinero del otro cuadro?
—Pague la renta que tenía atrasada, le envié algo a mis padres, compre comida y compraré material para mis siguientes pinturas.
—Oye eso es bueno —me sonrió—, por cierto, tengo, ya sabes..
—¿Tienes? —pregunté un poco ansiosa.
—Si, si quieres.
—No se.. No he..
—Vamos Amelie, debes celebrar tus logros y qué mejor que con tu mejor amigo —sonrio de nuevo.
—No lo se Damon... No quisiera... —me mordí el labio en señal de ansia.
Al final de todo, termine aceptando, volvi a caer en las mismas. Por mas que luchara contra mi, no podia negarme a ello.
No podía.
(...)
Caminaba por las calles, no se que hora era, no se en dónde demonios estaba, lo unico que sabia era que tenia hambre y mucho frio. Salí del departamento de Damon hace horas por que no quise quedarme, no me gusta quedarme con ningún hombre en un lugar a solas.
Podía sentir la lluvia caer sobre mi cuerpo, mis manos temblaban, tenía frío pero mi boca estaba seca, tenía hambre y demasiada sed.
Solo quería buscar un sitio en donde comer o tomar un café caliente.
Seguí el camino hacia mi departamento, pero creo que me perdi. No se en donde demonios estoy, joder ¿qué demonios hice? ¿que demonios estoy haciendo?
Ni siquiera tenía conmigo mi telefono para llamar a Melanie, lo deje en el departamento de Damon, deje mi bolso alla, solo salí de inmediato.
Camine un poco más y pude ver las tiendas, algunos restaurantes pero no podía entrar, no tenía dinero para pagar un agua o un café, maldita sea, deje mi bolso donde Damon.
—Oye linda ¿a donde vas? —alce la vista era un hombre y detrás de el habían otros dos.
—¿Estas perdida?
—Si, claro que está perdida.
—No.. No estoy perdida —negué.
—Parece que lo estás —el intentó tocarme pero yo retrocedí—, no seas demasiado dura linda.
—No me toques.. —quité mi rostro, quería estar lejos de sus manos.
—Vamos linda no seas dura —todos rieron, yo, estaba muy mareada.
Me aleje de ellos, pero ellos no querían irse. A mala hora vine a este lugar, a mala hora me salí de ese departamento.
—Tomenla.
Al escuchar aquello, retrocedí un par de pasos luego comencé a correr lo más lejos que pude. No se si ellos me seguían, pero no quería detenerme, estaba un poco mareada y desorientada. Comencé a llorar, quería pedir ayuda pero no pude hacerlo, mi boca estaba completamente sellada.
Todo me daba vueltas y era como si todo giraba a mi alrededor de manera brusca.
Justo ahora, choque con alguien tan fuerte que caí al suelo.
—¿Estas bien? Oye ¿Te lastimé?
Mi vista estaba borrosa, pero podía escuchar la lluvia en mis oídos, los autos pasar por toda la calle.
—¿Amelie? ¿Que haces aqui? Dios, esta lloviendo, estas fría.. —sentí una mano en mi frente.
—Lléveme lejos de aqui —pedi—, por favor...
—Pero..
—Por favor..
Sentí como me alzo con cuidado, mi vista se fue hacia aquel sujeto, me parecía familiar, pero no recordaba en donde lo había visto.
Me ayudo a caminar hacia lo que creo que es un auto ya que no sentí más el agua caerme encima. Mi cuerpo estaba temblando sin control, mis manos estaban endurecidas y mi boca estaba demasiado seca.
Poco a poco cerré mis ojos.
(...)
Abrí lentamente mis ojos, me dolía mucho la cabeza, mi boca estaba seca y tenía mucha hambre. Divise que estaba en una sala un poco oscura, a medida que iba despertando, me di cuenta de que estaba en un lugar que ya había visto.
Estaba con la ropa cambiada. Me toque el cuerpo y no dolía.
—Despertaste.
Mire hacia donde provenía la voz, era el señor DeLacroix, en sus manos traía una bandeja.
—¿S-Señor DeLacroix? —fruncí el ceño— ¿Qué hago aquí?
—Pues —dejo la bandeja sobre la pequeña mesa que estaba frente a mi—, iba a verme con mi hermano para cenar, iba hacia el restaurante y chocaste conmigo, estabas muy mojada, pálida y temblabas demasiado, parece que huías de alguien.
No recordaba casi nada de eso, pero tengo que armar algo.
—¿Usted me cambio?
—No, fue mi empleada, ella lo hizo. Entonces ¿me dirás?
—Me asaltaron —dije—, corrí lo mas que pude por que estaba asustada.. Lo siento si lo asuste, pero entre en pánico, cuando entro en pánico me pongo asi.
—Entiendo, que mal que te hayan asaltado —suspiró—, afuera esta lloviendo demasiado fuerte, tu ropa aún no se seca, así que puedes quedarte aquí.
—No —negué—, no es necesario hacer tal cosa.. No quiero molestarlo.
—No es molestia, la verdad es que no luces nada bien —se sentó en el sofá que estaba frente a mi—, no me sentiría bien dejándote ir así. Ahí tienes chocolate caliente y algo de comer. Puedes irte mañana temprano si lo deseas.
No quería quedarme, pero allá afuera estaba lloviendo y seguramente era muy tarde para pedir un taxi. Pero el me salvo de lo que sea que me haya pasado, es mejor no hacer una locura ahora.
—Está bien. gracias por salvarme señor DeLacroix, créame que estaré agradecida eternamente con usted.
—No me lo agradezcas —sonrió un poco—, duerme aquí si quieres, yo me quedaré despierto toda la noche.
—¿Eh? ¿Toda la noche?
—Si, es que estoy trabajando en un caso —se puso de pie—. Soy abogado.
—Ah, creí que solo era coleccionista..
—Lo soy, pero necesito dinero para comprar y coleccionar —sonrió un poco—, puedes descansar Amelie.
El termino yéndose hacia el otro lado de la sala. Yo no estaba segura si quedarme aqui, pero no tenia opcion. Quería llorar por la tontearía que hice, soy una estúpida. Por más que luche, por más que lo intente, no puedo, no puedo con esto.
No puedo.