Epílogo.
Amelie:
—Bien, creo que está todo listo —escuche a Dominic—, nos vamos.
—Adios mis amores —bese los labios de Dominic y la frente de Adam—, conduce con cuidado.
—Lo haré preciosa, te amo.
—Y yo a ti.
Adam hizo un alemán con su mano para despedirse de mí. Luego Dominic salió de la casa.
Creo que nunca me voy a acostumbrar a tener a Adam en una guardería. Sigue siendo un bebé para mí.
Recogí la cocina y lave lo que había ensuciado.
Hoy me tocaba terminar un par de pinturas para la galería de Pierce. Por suerte ya tengo un par más adelantadas para la exposición de esta semana. Me siento tan bien de poder seguir haciendo lo que más me gusta, que es la pintura.
Gracias a Pierce, he podido retomar lo que es la pintura y el arte. Ya que estoy trabajando como artista de su galería, cuando me pidió que trabajara en su galería no estaba tan segura de hacerlo, puesto que quería ocuparme de Adam y Dominic a tiempo completo, pero como tengo a un hombre precioso a mi lado que me motivó a hacerlo de