Dominic:Recargue mi espalda en la silla, mire el reloj y eran las siete de la mañana, había trabajado toda la noche en este caso que me tenía un poco estresado pero por fortuna ya se cómo solucionarlo.No es sencillo para mí trabajar en divorcios puesto que siempre hay peleas entre los involucrados y eso me estresa un poco, Pero en fin, es mi trabajo.—Señor, buenos días.—May, buenos días.Ella dejo el café sobre mi escritorio.—Gracias, oye ¿la chica que traje anoche?—Se fue señor.—¿Se fue?—Si, esta mañana. Le dejé la ropa en el sofá, ella dormía... Cuando iba a verla, ya se había ido. Dejó todo ordenado en la sala.—Entiendo, gracias por el café.—No hay de que señor.Ella se retiró de mi despacho, yo seguí en mi café. No me dió tiempo de ver a Amelie, que mal que se fue sin despedirse.Aquello me preocupaba un poco. Puesto que la encontré en la calle corriendo, estaba mojada y pálida. Me dió mucha tristeza verla así, no se por qué, tampoco se por que la ayude, por qué la traje
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