Acercó entonces su silla de ruedas a la cama y maniobró con cuidado para subir por sí misma a esta. Cuando esté se dio cuenta de lo que pasaba, ella ya se encontraba recostada sobre el colchón a su lado; así que solo le ayudo a terminar de acomodarse.
—Oliver, debo contarte algo —le dijo, armándose de valor para decirle lo sucedido y es que sabía se enojaría mucho.
—Espera solo un poco, que debo hablar contigo. Necesito desahogarme o explotare y es que cuando la vi ahí parada ante nosotros estuve a punto de decirle lo que en verdad pensaba de ella, de exponerla ante todo el mundo y sacarla de la casa —expresó con visible furia por lo sucedido y es que su sola presencia le resultaba un insultó para él y toda su familia.
—Me alegra que no lo hayas hecho, porque ese habría sido un gran escándalo e incluso podría haber afectado el trato que estaban construyendo —le dijo, consiente de que un arrebató como ese bien podría ser perjudicial.
Debían ser listos y sobre todo políticamente correct