En ese momento entró la empleada con la mujer de la puerta, la cual apenas entro se acerco a Oliver para saludarlo con un beso en los labios. El ver eso le hizo sentir un profundo dolor en el pecho, mismo que tuvo que reprimir a base de pura voluntad y orgullo. Permaneció con la cabeza en algo y mirada al frente.
Entonces el doctor Alvarez reparó en su presencia y le volteo a ver con cierta preocupación, pero se quedó sentado en su lugar a la mesa.
- Anda toma asiento, vamos a cenar - le insto Sandra tomándola del brazo para que fuese con ella.
- No gracias, estoy cansada y lo mejor sera que me retire a descansar a mi habitación; de cualquier modo gracias - le respondió excusándose y es lo que menos deseaba era tener que sentarse a aquella mesa.
- ¿Estas segura? - le pregunto Luisa.
- Si, por supuesto - le contesto mostrándose segura al respecto.
Salio entonces del comedor, viendo como la mujer aquella se sentaba junto a Oliver y colocaba de forma discreta una mano en su muslo, h