Ángela y Matt han tomado caminos diferentes, cada uno ocupa un puesto importante para su gente, Ángela es la alcaldesa de su pueblo y Matt el alfa de su manada, enemigos indiscutibles. Y aunque sus senderos sean distintos, terminan siempre encontrándose en el mismo punto, la venganza de su gente y el rencor de los dos pueblos que exige sangre. Aun así, Ángela tiene una batalla más importante que librar, escoger entre dos hombres, la manzana prohibida y aquel oasis refrescante.
Leer másLa sangre de mi padre cubría mis manos, mientras las gotas de lluvia las lavaba, cerré los ojos evitando ver el cuerpo inerte de mi padre en el suelo, mi peor pesadilla se había cumplido, aquello a lo que siempre escape hoy me demostraba que era mi destino terminar siendo lo que jure nunca ser… tembloroso me levante apretando mis puños con fuerza, cuando me gire un panorama diferente se mostró ante mí. Un inmenso charco hundía mis pies, reflejando un intenso azul mientras el infinito negro se lo comía todo, sabía dónde estaba, era mi mundo interno... eso significaba. Una silueta negra se acercó hasta mí alterando las tranquilas aguas, una risa se hizo eco en él vació lugar y sus ojos rojos brillaron.
—Beliat… —murmure cuando salió de la bruma una sonrisa que enmarcaba su rostro, rostro que era mío, idéntico a mí… era como verme en un espejo, solo que con un perpetuo carmesí en sus ojos.
—Parece que por fin he saciado mi sed de sangre, el destino de cualquier hijo de un alfa se ha cumplido…. Mi título, al fin somos alfas.
—No… yo no quería esto. ¡Yo no soy un asesino!
—Este era tu destino desde que naciste, este era nuestro destino… si no por qué tus manos están manchadas de sangre, una sangre que jamás se va a ir —mire mis manos y la sangre vertía de ellas.
—A que le temes Matthew, eres un alfa, eres un líder destinado a guiar a los tuyos… a tu manada. Eres un guerrero... —tomo mi brazo y lo alzo en señal de victoria mitras, una sonrisa de orgullo se expresaba en su rostro.
—Era mi padre…
—Era el hombre que mato y amenazo a tu familia. Con más razón tenía que morir…
—Míralos…. Esperan a su nuevo Alfa… te necesitan, necesitan que los guíes y tú naciste para este momento.
Mire a mi alrededor como todos se arrodillaban ante mí, Beliat tomo la sangre de mi padre, saco su lengua y lamió mi mano, paso sus dedos por mi rostro provocando la ovación de todos.
—¡Alfa!, ¡Alfa!, ¡Alfa!
—¡La mataste! ¡La mataste! —desperté de aquel trance escuchando los gritos desesperados de Galaxy, aquella sensación permaneció en mi cuerpo… miré mis manos y no había sangre, pero algo había cambiado en mí. Aquella sensación que pululaba en mi pecho, más que asustarme, me había gustado sentirla, y solo me provocaba más rechazo saber que había algo en mí que ya no tenía control.
—Asesina…. ¡Asesina! ¡Malditos seas la familia Hakket! —aparte esos pensamientos y tembloso corrí hacia aquel horrible panorama. Ángela se encontraba completamente en shock aun lado negando en silencio mientras Galaxy sostenía a Sky entre sus brazos completamente desconsolada. En qué momento había pasado todo esto, mi familia… todo por lo que luche hechas trizas en un segundo.
“Un verdadero Alfa no dejaría morir a sus camaradas frente a sus ojos… un verdadero Alfa protege y defiende a su manada… mátalos a todos, mata a todos esos humanos insignificantes”
—¡Basta! —increpé callándole, corrí hacia Sky agazapándome hasta ella. Puse su cabeza en mis piernas y rogué mientras ojos débiles perdían la vida.
—No me dejes pequeña… eres fuerte, quédate a mi lado, te necesito…
—Matt…
—Estoy aquí.
—No temas… ahora lo sé, siempre lo supe… la diosa luna me espera, ese es mi destino.
—No digas tonterías, te salvarás y volverás a defender mis estupideces. Ahora te necesito más que nunca, mate a mi padre… y seré alfa, no quiero estar solo, no sabré qué hacer…
—Matt… te daré mi último regalo, creo que te ayudará en este camino oscuro del que tendrás que salir solo… porque tú eres el único que romperás el eslabón que nuestra gente lleva sufriendo tantos siglos, trae paz a todos.
—¿De qué… me hablas? Quédate conmigo, eso es lo que quiero —negó con una sonrisa de paz, tomo mi rostro y lo acerco a su frente. —Sus ojos se pusieron totalmente blancos mientras susurraba algo en un idioma incompresible.
—Yo te libero, hijo mío…. —aquella voz fue tan dulce y melodiosa que una sensación de paz me embargo, entonces era verdad… sky era portadora de la madre luna, mi padre no se equivocó, por eso la quería con él. Después de aquellas palabras, sus ojos dejaron de brillar para por fin cerrarlos para siempre con una eterna sonrisa de tranquilidad.
—No... luna mía… ¡¿por qué ella?! Porque me castigas así diosa luna… ¡Porque te llevaste a mi luna! —lloro apartándome de su cuerpo para aferrarse a ella con fuerza, casi como si su mundo se hubiera roto frente a sus ojos.
—Galaxy...
—¡Déjame en paz! Solo... Solo quiero que abra sus ojos de nuevo, por favor... diosa luna.
Una vez mi madre me contó una historia, una en la que un lobo perdió a su alma gemela, su luna, su mate… era tal dolor para nuestra raza, la perdida de nuestra compañera de vida, que nuestra otra parte moría de pena, y otros solamente apagaban su humanidad para vivir en la oscuridad.
—Matt… yo no… sabía que era ella, yo…. —La miré y al ver su rostro entre lágrimas busco mi apoyo.
—Largo…
—Matt...
—¡Largo de mis tierras! O seré yo quien te mate… no vuelvas jamás Ángela. —Paul la tomo en sus brazos mientras sus ojos llenos de pena me miraban. Apreté mis puños apartando mi mirada, sintiendo como me destraba cada sollozo que salía de su boca, se aferró a Paul escondiendo su rostro entre su pecho mientras se alejaban del lugar. Porque dolía tanto… porque…
“Apágala… apaga tu humanidad y no dolerá”
La tierra retumbó y una fuerte explosión aturdio nuestros oídos mientras veía como aquella preciosa cueva se derrumbaba desde sus adentros, nadie volvería a entrar a ese lugar, nadie tendría que volver a sufrir, estar retenido en tan horripilante laboratorio. Miré a mi alrededor y vi la devastación que había quedado provocado todo esto. Galaxy se encontraba al lado de una Palt, abatida en el suelo. Si no fuera porque Makena y la manada llegaron a tiempo para sacarnos de esos túneles, la historia sería diferente. Intente ayudar a los niños que habían capturado, estaban hambrientos y a asustados. —Paul está muy mal, me lo llevaré primero, ¿usted se encuentra bien? —Gracias, Makena, pero yo estoy bien, solo tengo algunos raspones. Preocupará por favor llevar a estos niños a la manada y tratarlos. —Dije levantándome del lado de la pequeña. —¿Y qué haremos con ella? —Señala a Palt que permanecía en el suelo, una parte de mí sentía lástima por aquella niña trasformada en máquina para mat
Parecía que mi pesadilla había salido a mi mundo, y ahora intentaba matarme, mire a la chica que hacía unas horas me había dicho su nombre, y aún no me lo podía creer, Palt… la hija de Paul estaba viva, frente a mis ojos… y no solo eso, ella había vivido engañada toda su vida, y manipulada por quien sabe quién. Sin contemplación me empujo hacia la puerta después de caminar lo que me pareció kilómetros por esos enrevesados túneles, mis ojos se acoplaron a la luz blanca de hospital de la habitación, cuando observe bien la habitación tenía ser pinta de un laboratorio, las máquinas, las probetas y los miles de artefactos. Matt entró tras de mi guiado por Galaxy. —¿Qué cojones es este lugar? —murmuro Matt acostumbrándose a la fuerte luz como yo. —Bienvenidos al laboratorio del futuro, aquí se creerá un precedente, en la historia de la humanidad. —Ahora… ¡Arrodíllate! —me increpo girándose hacia mí. —¿Qué pretendes con esto…? Ya nos tienes, pero aún no he visto a Paul —sonrió sínica y d
Makena y Matt prepararon los arcos y las navajas, incluso me dio una a mí y Sven para protegernos, el plan era encontrar una entrada desde la cueva, pero solo eran suposiciones. Los nervios eran palpables, no sabíamos que esperar y mi mente se remitía a lo que paso anoche, aquel beso… y luego el rechazo. Desde que me levante, Matt no me había mirado a los ojos ni una sola vez, una parte de mí sentía tristeza, removiendo sentimientos que había querido parar anoche. Pensé que si me despedía y tajante tomaba una decisión, mi mente cerraría por fin aquella historia inconclusa, que supiera que tenía que dejarlo ir, que era lo mejor para mí…. Pero entonces, si no funcionaba, si no podía dejar de sentir esto. ¿Qué haría…? «—Yo lo amo…» —No me hagas esto Sefire, por favor solo guarda silencio como antes. «—Guarde silencio cuando decidiste estar con ese lobo, guarde silencio cuando dejaste a Bleick... esta vez quiero que me escuches. Tanto tú como yo, ama a ese hombre, deja de negarlo… y no
La fogata iluminaba la cueva mientras ondulaban las sombras de las estalactitas, todos teníamos una cara apagada o simplemente pensativa, me levante del suelo y poniéndome frente a la fogata, le mire e inquirí.—Tenemos que tener un plan si encontramos el lugar donde están.—Y tengo el plan, lo esencial será que cuando encontremos a kara y el pequeño prioricemos sacarlos. Ángela, cuando tengas la oportunidad te lo llevarás contigo… yo intentare de alguna manera distraer a los que estén ahí, estoy seguro de que son más de uno. Mientras Makena busca salidas para escapar en caso de que algo pase. Si en un tiempo determinado no salgo, váyanse sin mí, no sabemos con qué nos encontraremos en ese lugar —todos guardaron silencio y vi como Makena le lanzó una extraña mirada de apuro, algo estaban escondiendo. Ya entrada la noche, escuche a Matt levantarse adentrándose a la cueva, y con rapidez me levanta para seguirle.—¿Que estaba haciendo…? —murmure para mis adentros, vi como la llama de su
Después de dos días de viaje, llegamos por fin a unas ruinas derruidas de lo que parecía ser una entrada subterránea, jamás había visto este lugar después de tantos años recorriendo estos bosques. Aquel marco de granito que apenas sostenía la puerta de hierro oxidado ya estaba empezando a ceder por el tiempo, Palt, aparto las enredaderas y empujando la pesada puerta, nos miró y dijo.—Entren primero…—¿Qué es este lugar, Palt? Que vamos a hacer aquí…—Ya lo verán con sus propios ojos, rápido ya hemos perdido mucho tiempo —kara me miro asustada, aquel subterráneo era atemorizante, estaba oscuro y la humedad empernaba el agujero.—No quiero entrar, Galaxy, Justin está muerto del miedo… está muy oscuro, por favor…. —enojada Palt tomo al niño y posando su navaja en el cuello increpo con rabia.—No te lo estoy pidiendo, o entras… O degolló a tu hijo aquí, me vendría perfecto, así no tendría que sacarle la sangre.—No, por favor… por favor deténgase. —Rogó kara y entonces intervine. Tomé un
—Sé que me dijiste que no querías hablar de esto —bajé mi mirada de los árboles y de la luz que intentaba atravesarlos y fruncí levemente el ceño escuchándole. —Pero… necesito quitarme este nudo de la garganta, no sé cuánto tiempo te tendré cerca, o si será el último día que podamos hablar… y me gustaría decirlo antes de que de nuevo me arrepienta de no decirte todo lo que pienso —me quede sin aliento deseando que no hablará, pero quería escucharlo. —Matt… —¡Ángela! El día que Sky murió… yo me derrumbe, no solo había perdido a mi protegida, sino que también había matado a mi padre, mi peor y más temido miedo, siempre repudie sus métodos y lo que representaba ser el Alfa. Al final yo también había terminado igual que él, me odié a mí mismo… tanto que no quise que me vieras transfórmame en el monstruo que sería partir de ese día. —me quede sin aliento inmerso en sus palabras de dolor que me llegaron erizando a Sefire. —Por eso aquel día te di la espalda, hui de ti como un cobarde po
Último capítulo