Seguí el aroma de una del ciervo, y con una leve señal de mi mano mire al grupo y les inste a seguir a delante, trasformados en lobos, caminaron sosegados para no asustarla mientras bebía agua de un pequeño charco, a punto de saltar a ella, pise una rama llamando su atención.
—¡No, maldición! —salto con rapidez, perdiéndose en el bosque mientras dos de ellos la siguieron. Galaxy se destrasformo lentamente, su pelo empezó a caerse mientras oía como sus gruesos hacían crack, sus uñas volvieron a la normalidad y propino.
—¿Matt, qué diablos te pasa? Es la tercera que espantas o localizas mal.
—Perdón, no estoy centrado.
—No se trata de eso… —miro a uno de la manada y apartándome a un lado soltó —¿por qué diablos no te trasformas? —susurro por lo bajo. Mire mi mano y temblaba como una hoja, apreté mi mano en un puño y apartando la mirada indique.
—No era necesario, deja el tema Galaxy.
—Si el alfa flaquea la manada también, las personas están empezando hacerse preguntas de tu fuerza. —ras