The wolf 2
The wolf 2
Por: Sra. F.J
Capitulo 1

La sangre de mi padre cubría mis manos, mientras las gotas de lluvia las lavaba, cerré los ojos evitando ver el cuerpo inerte de mi padre en el suelo, mi peor pesadilla se había cumplido, aquello a lo que siempre escape hoy me demostraba que era mi destino terminar siendo lo que jure nunca ser… tembloroso me levante apretando mis puños con fuerza, cuando me gire un panorama diferente se mostró ante mí. Un inmenso charco hundía mis pies, reflejando un intenso azul mientras el infinito negro se lo comía todo, sabía dónde estaba, era mi mundo interno... eso significaba. Una silueta negra se acercó hasta mí alterando las tranquilas aguas, una risa se hizo eco en él vació lugar y sus ojos rojos brillaron.

—Beliat… —murmure cuando salió de la bruma una sonrisa que enmarcaba su rostro, rostro que era mío, idéntico a mí… era como verme en un espejo, solo que con un perpetuo carmesí en sus ojos.

—Parece que por fin he saciado mi sed de sangre, el destino de cualquier hijo de un alfa se ha cumplido…. Mi título, al fin somos alfas.

—No… yo no quería esto. ¡Yo no soy un asesino!

—Este era tu destino desde que naciste, este era nuestro destino… si no por qué tus manos están manchadas de sangre, una sangre que jamás se va a ir —mire mis manos y la sangre vertía de ellas.

—A que le temes Matthew, eres un alfa, eres un líder destinado a guiar a los tuyos… a tu manada. Eres un guerrero... —tomo mi brazo y lo alzo en señal de victoria mitras, una sonrisa de orgullo se expresaba en su rostro.

—Era mi padre…

—Era el hombre que mato y amenazo a tu familia. Con más razón tenía que morir…

—Míralos…. Esperan a su nuevo Alfa… te necesitan, necesitan que los guíes y tú naciste para este momento.

Mire a mi alrededor como todos se arrodillaban ante mí, Beliat tomo la sangre de mi padre, saco su lengua y lamió mi mano, paso sus dedos por mi rostro provocando la ovación de todos.

—¡Alfa!, ¡Alfa!, ¡Alfa!

—¡La mataste! ¡La mataste! —desperté de aquel trance escuchando los gritos desesperados de Galaxy, aquella sensación permaneció en mi cuerpo… miré mis manos y no había sangre, pero algo había cambiado en mí. Aquella sensación que pululaba en mi pecho, más que asustarme, me había gustado sentirla, y solo me provocaba más rechazo saber que había algo en mí que ya no tenía control.

—Asesina…. ¡Asesina! ¡Malditos seas la familia Hakket! —aparte esos pensamientos y tembloso corrí hacia aquel horrible panorama. Ángela se encontraba completamente en shock aun lado negando en silencio mientras Galaxy sostenía a Sky entre sus brazos completamente desconsolada. En qué momento había pasado todo esto, mi familia… todo por lo que luche hechas trizas en un segundo.

“Un verdadero Alfa no dejaría morir a sus camaradas frente a sus ojos… un verdadero Alfa protege y defiende a su manada… mátalos a todos, mata a todos esos humanos insignificantes”

—¡Basta! —increpé callándole, corrí hacia Sky agazapándome hasta ella. Puse su cabeza en mis piernas y rogué mientras ojos débiles perdían la vida.

—No me dejes pequeña… eres fuerte, quédate a mi lado, te necesito…

—Matt…

—Estoy aquí.

—No temas… ahora lo sé, siempre lo supe… la diosa luna me espera, ese es mi destino.

—No digas tonterías, te salvarás y volverás a defender mis estupideces. Ahora te necesito más que nunca, mate a mi padre… y seré alfa, no quiero estar solo, no sabré qué hacer…

—Matt… te daré mi último regalo, creo que te ayudará en este camino oscuro del que tendrás que salir solo… porque tú eres el único que romperás el eslabón que nuestra gente lleva sufriendo tantos siglos, trae paz a todos.

—¿De qué… me hablas? Quédate conmigo, eso es lo que quiero —negó con una sonrisa de paz, tomo mi rostro y lo acerco a su frente. —Sus ojos se pusieron totalmente blancos mientras susurraba algo en un idioma incompresible.

—Yo te libero, hijo mío…. —aquella voz fue tan dulce y melodiosa que una sensación de paz me embargo, entonces era verdad… sky era portadora de la madre luna, mi padre no se equivocó, por eso la quería con él. Después de aquellas palabras, sus ojos dejaron de brillar para por fin cerrarlos para siempre con una eterna sonrisa de tranquilidad.

—No... luna mía… ¡¿por qué ella?! Porque me castigas así diosa luna… ¡Porque te llevaste a mi luna! —lloro apartándome de su cuerpo para aferrarse a ella con fuerza, casi como si su mundo se hubiera roto frente a sus ojos.

—Galaxy...

—¡Déjame en paz! Solo... Solo quiero que abra sus ojos de nuevo, por favor... diosa luna.

Una vez mi madre me contó una historia, una en la que un lobo perdió a su alma gemela, su luna, su mate… era tal dolor para nuestra raza, la perdida de nuestra compañera de vida, que nuestra otra parte moría de pena, y otros solamente apagaban su humanidad para vivir en la oscuridad.

—Matt… yo no… sabía que era ella, yo…. —La miré y al ver su rostro entre lágrimas busco mi apoyo.

—Largo…

—Matt...

—¡Largo de mis tierras! O seré yo quien te mate… no vuelvas jamás Ángela. —Paul la tomo en sus brazos mientras sus ojos llenos de pena me miraban. Apreté mis puños apartando mi mirada, sintiendo como me destraba cada sollozo que salía de su boca, se aferró a Paul escondiendo su rostro entre su pecho mientras se alejaban del lugar. Porque dolía tanto… porque…

“Apágala… apaga tu humanidad y no dolerá”

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