Aquel día fue especialmente difícil, pues no sólo tenía que estar pendiente de mi trabajo, sino también del de mi jefe, pues estaba de lo más pesado con eso de que le dolía la mano para coger el teléfono, imprimir documentos, ojear los archivos, … Estaba de lo más pesado ese día.
Os podéis imaginar mi enorme alegría cuando aquel horrible día terminó, pero justo como sospechaba, cuando estaba a punto de irme a casa, Borja me detuvo.
Meh, odiaba cuando cosas como aquellas ocurrían. Le ayudé con el malet