26 - No quiero perderlo todo. FIN
A la mañana siguiente lo veía todo desde otra perspectiva, las palabras sabias de mi mejor amigo, durante la noche anterior, surtieron efecto. Él tenía razón, debía hablar con Borja y dejarle las cosas claras.
Llamé al despacho de Borja, tan pronto como me desocupé de un poco de trabajo, y entré tan pronto como él me incitó a que se me sentase.
- Necesito que programes una cena con mis padres para el martes y … - comenzó, pero se detuvo tan pronto como se percató de que estaba nerviosa, pues no dejaba de tocarme las uñas, de forma exagerada - … ¿hay algún asunto del que quieras hablar? – preguntó.
- Si – admití, más rápido de lo normal, haciendo que él me mirase aún con más interés – verás… - empecé, si