37. Celosa
—Mami ¿por qué no estás dibujando?
Detuve el dibujo distorsionado de círculos que estaba haciendo con los colores de mi pequeño. Había estado perdida en mis pensamientos al ver a Dante con esa mujer que ni siquiera estaba siendo consciente de mis emociones. No llegué a ver lo suficiente, pero al ver su cercanía, como llegó manchado de rojo supe una cosa.
Siempre sería considerada la segunda mujer.
Lo mejor sería alejarme completamente. Intenté mostrar mi sonrisa más tranquila, mantener a mi pequeño y me recordé por qué estábamos aquí. A pesar de que quería olvidarlo, mi mente comenzaba a recordarme cómo lo miraba. Posesión, la misma mirada de que podía regresar cuando quisiera y volvería a caer a sus pies. Dejé escapar un largo suspiro intentando olvidarlo.
Todo el día pareció un infierno personal hasta que la noche llegaba. Terminé hablando con Nickolas, el cual me invitó a salir con los niños el domingo. Sonaba amable, lleno de calma y paz. Mi cerebro me gritó que él era lo que nece