15. Suéltala
Caminaba hacia mi madre. Tenía un aire pálido, plausible, de esos que parecían detenerse en el tiempo. Me sonrió con amargura, sin que supiera si era por el cansancio de las cirugías o simplemente por algo mental. Me senté a su lado, tomando su mano, la cual temblaba; estaba más débil de lo normal. Mi madre miraba con detenimiento el lugar, luego me observaba a mí.
—¿Qué es todo esto, pequeña? —acarició mi mano—. Lou… sácame de aquí, no podemos costearnos estar en una habitación de hospital.
Su voz era apenas un hilo. Sabía que mi madre muchas veces intentaba negarse a los procedimientos que requería para no generarme más deudas… y entonces una duda me invadió. ¿Acaso ella sabía que el cáncer se le estaba expandiendo y decidió callar? Con una sonrisa quebrada, intentando sonar lo más alegre posible.
—Mamá, no tienes que preocuparte —mis labios se formaron en una fina línea—. Yo no tengo que pagar por esto, todo cubierto.
La expresión sorprendida de mi madre era entendible. La habit