Narrado por Dana Hneidi:
En el momento en que dejé de vivir en Siria, que ya no tenía ningún marido, ni amante, ni interés sentimental, creí que nunca más viviría presa. Que podría dedicarme a acompañar a mis nietas, aunque Fatima sea la luz de mis ojos, cuando llegue a USA, creí que también podría crear un vinculo con Kiara.
Pero desde que mi pobre niña tuvo ese jodido accidente, donde se tuvo que convertir en una fugitiva para poder huir de la furia de su padre, mi vida también cambió. Para mal.
No sé cómo lo ha hecho. Zayd me ha sacado de la casa Hneidi. Me siento como si acabara de escapar de una prisión, aunque no hay barrotes ni guardias, solo paredes llenas de gritos, silencios tensos y la mirada cada vez más oscura de mi hijo Omar. En las últimas semanas, esa casa ha dejado de ser mi hogar, aunque nunca lo he sentido como tal si soy realmente honesta. Se ha convertido en un campo de batalla, y yo soy una prisionera silenciosa, una testigo que no puede intervenir sin pagar e