Suspendida en el aire.
Capítulo narrado por Fatima Hneidi:
Camino por el pasillo con el corazón golpeando fuerte, además del dolor físico de mi cuerpo al cual el desarreglo le empieza a pasar factura. Cada paso que doy se siente como una decisión irreversible. Mi madre está en la habitación la abuela Dana, se supone que yo he salido para que me hagan unos estudios en la otra ala de la clínica. No sé cómo lo logró, pero la abuela la convenció de quedarse un rato con ella. Es el único respiro que tengo. El único momento en que puedo huir sin que me sigan. Ya que después de todo, mi madre confía en Zayd. Él es un IMAM, es un miembro muy respetable de la comunidad.
Zayd me espera en la entrada trasera de la clínica. Ha sido claro: si quiero desaparecer por un tiempo, este es el momento. Mi padre cree que puede “solucionar” las cosas, y yo sé lo que eso significa para alguien tan desquiciado como Omar Hneidi. Solucionar, para él, es controlar. Es castigar. Es encerrar. No puedo permitir que me encuentre. Ni si