205. Como el Fénix
Mario
Ver a Adamo siendo arrastrado por la manada no me causo satisfacción, pero tampoco simpatía. El había atacado a mi familia y si no fuera por las brujas, mi pequeña Melina no estaría viva. Sabía que serían las brujas que se encarguen de sus restos y por eso estaba a la espera de que me dejaran acercar, para despedir al que una vez fue mi mejor amigo.
-no te acerques más allá de esta línea lobo-dijo una de las brujas del aquelarre que fluye, haciendo una marca en el suelo con su pie. Me acerque hasta donde me indico la bruja y vi los restos de Adamo, siendo dejados listos para que las brujas hicieran su trabajo, todas y cada una de ellas me quedo mirando, a la espera de lo que haría.
-no sé en qué momento la cagamos tanto, esto no se suponía que terminara así. Teníamos planes, pero todo cambio y empezó a volverse más sombrío, te recordare de como éramos de cachorros amigo mío. Ten un buen viaje Adamo-dije y eleve una plegaría a la diosa para que le de una nueva oportunidad. Cuando