- ¿Y tú? ¿Cómo te va?
- ¡Me alegra que me lo preguntes! Estoy bien, si se puede decir así, desde que dejé de beber y me recuperé. Tu esposo, sorprendentemente, me dio instrucciones y me escribió una buena recomendación, conseguí trabajo en la empresa de su competidor y, como ves, no me tratan mal con el sueldo.—¿Y en lo personal, has encontrado a alguien?—Sí, bueno... —respondió evasivamente, y mi teléfono volvió a sonar, tenía que contestar, si no, todo esto se me volvería en contra.—¡Sal! —oí la fría voz de mi esposo, vaya, nunca antes me había hablado así.—Ya, Kol. Tengo que irme. Me alegro de que por fin hayamos hablado normalmente y hayamos aclarado todo, espero que me perdones y que encuentres a una mujer que te quiera tanto como yo quiero a Niki