- Ay, ¿por qué estás tan triste? Mejor organiza una velada romántica para Toque, prepara algo y ponte ese vestido que compramos juntas, a ver si así no se opone a ampliar la familia.—Has adivinado mi plan —rió mi amiga.—Vamos, Ol, déjame prepararme, ¡el tren sale en dos horas!—Vale, hablamos luego, besos, cariño, adiós.—¡Adiós! —dejó el teléfono en el sofá y corrió al baño a secarse su larga melena rizada y negra. Se lavó el cabello, pero no tuvo tiempo de secárselo, porque Olia la distrajo con una llamada. En principio, había recogido sus cosas, solo le quedaba arreglarse.Resultó que eran muchas cosas, tuvo que coger una maleta con ruedas, no quería cargar con tanto peso en las manos, pero aún no se imaginaba cómo iba a meter todo eso en el tren.De camino, pasé por el supermercado y compré comida y alcohol, por si acaso, quizá la abuela Nastia no tuviera alcohol, ¿para qué lo iba a necesitar?, llevaba un año y medio entre hospitales, y a mí me apetecía relajarme, quizá me embo
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