John
Llámenme loco, quizás para el mundo lo soy.
Pero yo me siento más cuerdo que nunca.
Fue una noche maravillosa, dormir junto a ella, y estar a su lado infla mi pecho de una cálida sensación.
Siento que mi corazón puede explotar de felicidad.
No tengo miedo a enamorarme de Luz, porque probablemente ya lo estoy.
Vuelvo a casa contando los minutos para volver por ella y llevarla a cenar.
Sé que debo decirle la verdad de mi condición, sin embargo tengo miedo de lo que pueda pensar de mi. ¿Se enojará? ¿Pensará que la engañe?
Puedo jurar que no he querido engañarla, es sólo que metí las patas hasta el fondo y ahora no sé cómo solucionar esto. No puedo simplemente decirle al mundo que ahora puedo ver. Esto va más allá, compromete a Thomas, a la clínica, y a un informe médico totalmente legal.
Mi móvil suena. Es mi madre.
—¿Si?
—Buenos días hijo, ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu noche?
—Todo bien, ¿Le pasó algo?
—No, nada, quería saber de ti. ¿No tienes algo que contarme?
Tengo el pres