El tiempo transcurre, y como en cualquier historia de amor, John y Luz se enamoran con cada día que pasa.
La pastelería se ha vuelto un segundo hogar para ambos, un lugar donde pueden disfrutar de las miradas furtivas y de los besitos casuales.
Pero no todo es amor y felicidad. Tarde o temprano el pasado que nos persigue nos da la cara. Y es ahí, cuando el momento de demostrar la fuerza y valentía se hace presente.
Ahora mismo en la mansión, John, Luz y Camille esperan a Thomas. Una reunión entre amigos, aunque este último no tiene idea de que aquella es una instancia en la que han confabulado para que la colorina pueda tener un acercamiento más íntimo con el médico. Sin embargo ninguno imagina que nada saldrá como lo han planeado.
—¡Dios!, tengo los nervios de punta. Dime Luz, ¿Me veo bien?
—Te ves más bella de lo que ya eres.
Camille sonrió complacida mientras observa la imagen que se refleja en el espejo del inmenso baño.
Ataviada en una blusa tipo corset con cordón delantero