En medio del miedo y la muerte solo consigo escuchar tu voz. Ver entre la penumbra tu mirada aterrada y sentir en mi interior el miedo que se suscita en tu alma ante la presencia conocida de ella. La dulce y agónica muerte.
Isabella
Despierto desorientada, mis manos se hunden al apoyarme sobre… creo que es un colchón, ¿estoy en una cama? ¿Volví a casa? No recuerdo haberlo hecho, no recuerdo ni en qué momento me fui de la fiesta.
—¿Alexander? —Un ligero temblor se apodera de mis articulaciones al sentir la presencia de alguien—. No tengo ánimo para continuar con la misma discusión, de verdad no entiendo cómo es que haces una rabieta tan absurda por una tontería. —Me remuevo hasta encontrar el borde y colocar mis pies en el piso. Enciendo la luz de la mesita de noche.
Cuando la habitación se ilumina, el miedo me atenaza la garganta. Un hombre me observa desde un sillón, su mirada fija en mí hace que los recuerdos de lo que sucedió lleguen de golpe, provocando que retroceda e intente ale