—Joon por favor —intento calmarlo Daeho—, no ganaras nada alterándola.
—Cállate —Joon miró con tal frialdad a Daeho, que este tuvo el impulso de retroceder—, que siga hablando entonces, pero que no se refiera a mí de ningún modo. A penas soporto estar en la misma habitación con ella.
Gerard estaba arrodillado al lado de Um-ji, haciendo que esta se calme nuevamente. Estefan estaba sombrío parado al lado de una pared. Los dos ingresaron a la habitación después de Joon, encontrando a Daeho entre Joon y su madre.
Joon camino al costado de Estefan.
—Más rápido hacemos esto y más rápido terminará —Estefan le acarició el rostro—, acabaré con todos y entonces ya no podrán atormentarte nunca más.
Joon cerró los ojos unos segundos para después asentir. Se dio la vuelta e increpó.
—Prosigan —hablo con un tono que demostraba el asco que sentía por la mujer ahí presente—, necesitamos saber toda la historia.
Um-ji solo miraba al suelo ahora, el odio que profesaba su hijo menor era demasiado para el