—¡Tienes que rechazarlo ahora mismo! —explotó Takeshi, el padre de Aiko, todos los que no eran miembros de la familia siguieron a los hombres lobos dejándolos solos—, ¡Esto no lo puedo permitir!
—Takeshi —Masaru, su padre lo calló—, tienes que controlarte, ¿Cómo se te ocurre atacar a un alfa así?
—¡¿Soy el único que ha escuchado como quieren llevarse a mi hija de aquí?! —Takeshi estaba volviéndose loco.
Sus tíos empezaron a hablar, la madre de Aiko empezó a gritarle a su padre para que se calmara y todos ideaban cosas para que Aiko rechazara al alfa del mejor modo posible para que no se creará un conflicto con la manada más fuerte y poderosa de Japón.
En cambio, Aiko tenía la vista fija en Naoki, este la miraba directamente a los ojos sin pestañear, en su rostro se reflejaba el dolor. Aiko no sabía como aun no lloraba.
—Tu… ¿Cómo puedes? —Naoki lo miro destrozado—, ya tomaste una decisión y no es la que todos piensan.
De pronto todos callaron al escuchar a Naoki.
—Naoki…
—Ya tomaste u