PERFECTA Esa palabra describía completamente a Lía Bramson, pero todos los ángeles tienen su propio infierno y ella no era la excepción. Aspen Cleventton, más adictivo que cualquier droga, un demonio por naturaleza; con un pasado lleno de peligro y secretos capaces de acabar con todo a su alrededor. Sus mundos nunca debieron colisionar, pero hay quienes están destinados a encontrarse y pueden convertirse en la salvación del otro o en su absoluta destrucción. ------• -------• -------• ------ - Éramos fuego y hielo, destinados a consumirnos - Éramos un completo caos, capaz de convertir todo en un mar de estrellas.
Ler maisEl último año por fin había llegado y yo no cabía de la emoción; solo un año más y podría dejar todo atrás y comenzar otra vez en la universidad; solo quería un nuevo comienzo, y no porque mi vida fuera mala; en realidad si comparábamos mi situación con otras, sin duda yo saldría ganando, pero había algo malo en todo eso, todo era una farsa.
Me coloqué el uniforme y me dirigí al comedor, el desayuno ya estaba servido como siempre, pero me pareció extraño ver que Brandon ya estaba sentado en la mesa desayunando; eso rara vez pasaba, mi hermano solía dormir hasta tarde y siempre terminaba llegando tarde.
- Hola niño – dije sonriendo
- Hoy no, Lía; es muy temprano y anoche llegue muy tarde
- Quien te manda a salir un día antes de comenzar clases - dije viendo a mi hermano sufrir con una resaca que sin duda se merecía
Lo dejé en paz para que ambos desayunáramos con normalidad y luego nos dirigimos a la academia; hoy sería mi último primer día; era importante para mí, pese a la carga que tendría que soportar; este era mi territorio y era feliz dentro de él.
La academia Westvine era una de las más importantes, elitistas y estrictas del país; aquí todo se regía por los contactos, las amistades y los grupos sociales, todo en esta escuela era realmente agobiante.
Me encamine a mi taquilla, mientras que todos a mi alrededor me observaban; cualquier persona se sentiría incomoda, pero a mí me encantaba la atención, al final, yo era la chica perfecta e inalcanzable, con una familia de cuento, las mejores calificaciones; siempre tenía lo que deseaba y por así decirlo era un hermoso ángel en esta escuela.
- ¡¡Lía!! - escuché gritar a Blaire y sentí como se lanzaba encima mío y me abrazaba
- Blaire suéltame - dije riendo
- No te vi todo el verano así que no me molestes - dijo apretando más su agarre
- Yo también te extrañé - dije sonriendo y apartándola para cerrar mi taquilla
- ¿Y qué tal tu verano? ¿Algún chico nuevo en la lista?
- Cállate Blaire - dije riendo y comprobando que nadie pudiera escuchara - bueno la verdad es que si
- Ya sabía yo que no perderías el tiempo
- Solo es diversión Blaire, nada serio
- Lo se lo sé, aunque aún tengo la esperanza de que sientes cabeza
- Quizá algún día - dije mientras jalaba a Blaire hacia el salón
- Sentémonos atrás, por favor - comenzó a suplicar Blaire
- Aunque te sientes al final de la clase igual te preguntaran, da igual
- Pero estando atrás podré ocultarme mejor
- Claro que no, terminaras conversando o durmiendo y te meterás en problemas como siempre; además es el último año y debo tener calificaciones perfectas para ingresar a la carrera que quiero y eso significa estar más adelante
- Lía - dijo Blaire en suplica
- Si nos sentamos más adelante prometo que iremos a la fiesta de Corvan – dije sonriendo con astucia
- ¡¡Si!! - grito Blaire emocionada - Esta bien pero no iremos muy adelante, solo lo necesario
- Ya - dije riendo y sentándome en mi lugar mientras veía a Blaire maldecirme en voz baja; siempre era lo mismo con ella; nunca prestaba atención, se dormía o terminaba conversando con alguien y cuando llegaban los exámenes me tenía corriendo de un lado a otro porque estaba a punto de reprobar.
Ahora no tenía otra opción más que ir a la fiesta de los chicos; la verdad era que los adoraba, pero realmente hubiera preferido quedarme en casa esta vez; algo dentro de mí me decía que no debía de ir a esa fiesta. Salí de mis pensamientos cuando note que ya todos mis compañeros estaban en el salón y me levante apenas vi a la señorita Krenscky entrar; espere a que saludara a todo el salón y me acerque a su escritorio a hablar con ella
- Lía querida, buenos días, ¿qué tal tu verano?
- Hermoso, señorita Krenscky, termine de leer todos los textos que me recomendó
- Eso es fantástico, espero tengas tiempo para discutir conmigo tus opiniones sobre los clásicos
- Claro que si señorita, cuando usted guste
Me despedí cordialmente y me dirigí nuevamente a mi asiento, bajo el escrutinio de todos los estudiantes; todos me observaban y no era para menos; todos los maestros siempre se encargaban de recordarle al alumnado que yo era la alumna modelo y la mayoría en la academia sabia a la perfección con quienes debían estar para lograr sus metas después de terminar el último año; nuestras vidas ya estaban planeadas, solo debíamos dar la talla y seguir el plan ya trazado.
Toda la mañana fue como cualquier otra; al ser el primer día, solo repasamos el último tema visto el año anterior y antes de que pudiera notarlo ya estábamos en el receso; salí con Blaire al patio y dirigí mi mirada comprobando todo a mi alrededor; la academia estaba muy bien estructurada y se dividía en algunos grandes grupos; por un lado los eruditos, que eran bastante amables a mi parecer y los más solicitados por el resto de alumnos; por otro lado, los deportistas, chicos y chicas que se destacaban de forma sorprendente, luego estaban los chicos de la tecnología; cualquiera diría que eran frikis inadaptados pero la realidad era completamente distinta, eran muy guapos y realmente inteligentes, con un futuro brillante si sabían elegir sus caminos y a las personas en ellos y por último, el grupo considerado por la mayoría como escoria de la academia Westvine; ellos eran los típicos chicos malos por decirlo así, aunque para mí solo eran niños tontos haciéndose los rebeldes y desperdiciando sus vidas; eran irresponsables y no sentían interés por nada que no fuera salir de fiesta o provocar problemas, pero lo peor era que nunca los expulsarían de la academia; sería un escándalo y era exactamente lo que no debía suceder; aquí todo debía ser perfecto e impecable.
Esos eran los grupos más importantes de la academia, aunque la verdad era que aquí todos veían por sus propios intereses; no había muchas amistades verdaderas; solo había alianzas estratégicas, contactos que nos serían útiles una vez egresáramos de la academia.
Iba a contestarle a Blaire, pero entonces sonó la campana que indicaba el final del receso y nos dirigimos nuevamente al salón a continuar la jornada académica. Las clases solo duraban hasta la una de la tarde ya que era nuestro último año y la mayoría llevaba clases extracurriculares fuera de la academia; yo llevaba latín como curso electivo, además tocaba el piano casi todos los días y tenía Ballet una o dos veces por semana; el resto de tiempo libre era dedicado para mis estudios o algún evento social del que tenía que formar parte según mi madre.
Terminaron las clases y estaba exhausta de solo pensar todo lo que me esperaba al llegar a casa, de verdad era agotador complacer a mis padres; un día podían querer que aprendiera equitación y al siguiente me exigían que fuera experta en el tema; su exigencia era incomparable y yo nunca los decepcionaba. Ambas subimos al auto y saludamos a Percy alegremente; mientras él conducía, Blaire no dejaba de recordarme que teníamos que salir esa noche a la fiesta de Corvan y que estaría en mi casa a las siete para arreglarnos y salir, la adoraba, pero entre mis padres y ella, acabarían conmigo.
Sus padres habían tratado por años que Blaire tocara algún instrumento; pero hasta el momento, todos habían sido terribles y nadie podía negar que Blaire no tenía talento para la música; inclusive podría decirse que llegaba a ser doloroso escucharla destrozar la música cada vez que intentaba tocar algún instrumento.
Percy condujo hasta casa y entre apresurada a mi habitación para cambiarme antes de que llegara mi maestra; cuando termine de retocarme baje y espere en el salón pacientemente leyendo hasta que llego mi maestra de música
Me senté frente al piano del salón y comencé a tocar poco a poco, dejando que la música me embriagará y dejándome llevar por la melodía, sintiendo las notas en cada fibra de mi ser; la música era un escape, cuando tocaba, me sentía libre y sentía que era yo misma; cuando acabe la pieza solo suspire y mire a mi maestra. Ella me felicito y me dio unas cuantas partituras para que practicara mientras ella se acomodaba en un sillón y me observaba tocar; así pasamos dos horas hasta que se levantó nuevamente y se acercó a mi
Cuando la maestra se marchó subí las escaleras de prisa y tomé mi celular para llamar a Corvan; ya que eran casi las cuatro de la tarde y Blaire me asesinaría si no tenía todo listo para cuando llegara
BLAIRELía se había ido y no tenía ninguna idea de dónde se encontraba; lo único que tenía era una carta que me había entregado su padre y un sinfín de preguntas sin respuesta.“Querida Blaire:Tal vez te preguntes donde estoy o porque me fui sin decirle a nadie; pero esas son preguntas que lamentablemente no puedo contestarte; pero necesito que tú y los chicos comprendan que fue lo que me llevó a tomar esta decisión.Ustedes han sido mi familia y por eso les debo una explicación; tú eres mi hermana y te amo con toda la fuerza que tengo para dar; por eso sé que entenderás cuando te diga que no puedo quedarme. Siempre quise ser fuerte y cuidar de ustedes, pero ya no puedo serlo más; esta vez la que se equivocó fui yo y eso me costó mucho, tanto que no podrías creerlo; pero cr&eacut
“Uno no se enamoró nunca, y ése fue su infierno. Otro, sí, y ésa fue su condena”Robert Burton (1577-1640)~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~No podía quedarme ahí, no después de escuchar esas palabras; no después de sentir que todo mi mundo se derrumbaba; yo lo amaba y eso era lo que más dolía; el saber que, a pesar de todo, mi corazón seguía enamorado de él; pero dolía tanto, se sentía como cientos de cuchillas atravesando mi cuerpo; las personas que dicen que un corazón roto duele, están equivocadas, porque no solo duele el corazón; el dolor es tan intenso que es casi imposible de resistir.Yo confiaba en él, más que en nadie en el mundo, creía en nuestro amor, lo había apostado todo por
“Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes”Bernard Le Bouvier de Fontenelle (1657-1757)~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Cuando abrí los ojos, la felicidad me embargó y sonreí al recordar todo lo que había ocurrido durante estos días; no podía contener mis sentimientos y, sobre todo, no podía evitar sonreír y suspirar de emoción; pero mi alegría no duraría mucho; hoy llegarían mis padres y mi hermano, así que tenía que armarme de valor y hablar con mi padre sobre Sam Beckett; no podía acobardarme, necesitaba solucionar ese problema antes de que fuera demasiado tarde.Dejé a Alaska con una de las mucamas para que la bañara y recorrí la ca
“Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo” - William Shakespeare~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Empecé a abrir los ojos cuando los primeros rayos de sol entraban por la ventana y la imagen ante mis ojos era muy linda; estaba envuelta en los brazos de Aspen mientras él continuaba durmiendo; se veía tan tranquilo, su respiración era suave y unos pocos mechones caían sobre su rostro, lo cual me hizo sonreír y mirarlo con dulzura, sin duda alguna estaba enamorada de este idiota.Elevé mi mano y aparté con cuidado los mechones intentando no despertarlo y luego simplemente me quedé observándolo y recorriendo cada detalle de su rostro.Buenos días, bonita - escuché mientras &ea
“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.” - William Shakespeare~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Llegamos al lugar de la fiesta y quede impresionada; los chicos realmente se habían superado; las luces resplandecían en el cielo y la música se escuchaba estridente, incluso desde donde estábamos, era increíble.Aspen tomó mi mano y me sonrío antes de dirigirnos hacia la entrada; en el camino, había muchas personas que bebían y algunos otros que se besaban; cuando llegamos a la puerta principal, había dos guardias a los que solo tuve que decirles mi nombre y de inmediato me dejaron pasar.El lugar que habían elegido los chicos este año era descomunalmente grande y sin lugar a dudas, se habían esforzado para que la fiesta fuera recordada como la
“Los amigos: una familia cuyos individuos se eligen a voluntad” - Alphonse Karr (1808-1890)~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Nick, Connor y Santiago se marcharían en unas horas, lo cual provocaba un gran dolor en mi corazón; por un momento creí que simplemente lo soportaría, pero dolía más de lo que imaginaba.Otra vez debía despedirme de mis amigos y al igual que con Dylan, Levi y Elian, que ya se habían marchado hace algún tiempo; ahora Nick, Connor y Santiago también se irían; era horrible el sentimiento de pérdida que experimentaba y era aún peor el no poder simplemente decirlo.Estaba realmente feliz por los chicos y me alegraba infinitamente que pudieran cumplir sus sueños y que sus vidas estuvieran tomando un buen rumbo, pero al mismo tiempo, me dolía verl
Último capítulo