44. LA PREOCUPACIÓN DE PADRES
Amanda se sienta en la cama y mira a su esposo, quien duerme en un sillón. A su lado, Isis descansa pacíficamente. Se levanta y se acerca a su esposo, lo abraza y lo besa suavemente antes de sentarse en sus rodillas.
—Hola, amor —lo saluda con un beso.
—¡Amanda, amor! —exclama Dakarai, despertando de inmediato—. ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
—Muy bien, cariño —contestó ella al instante—. ¿Qué fue lo que hiciste esta vez para salvarme?
—Yo no hice nada —dice él enseguida.
—Amor, que te conozco —insistió ella—. La otra vez casi mueres por darme toda tu energía vital. Y te veo muy demacrado.
—Amor, fueron el Alfa Supremo y la Luna Suprema quienes te sanaron —dijo Dakarai con seriedad—. Nuestra Isis se transforma en la Luna Suprema.
—¿De veras? —pregunta asombrada—. ¿Ya aceptó al Alfa Supremo?
—¡No, qué va! ¡Sigue molesta! —contesta Dakarai, pero sonríe feliz mientras le anuncia—. ¡Amor, vamos a ser abuelos, Isis está embarazada de trillizos!
Amanda quedó inmóvil, mirán