Estoy cansado, muy cansado. No tengo fuerzas para nada, solo quiero dormir. Mi cuerpo está muy adolorido. No quiero moverme. No sé dónde me encuentro. Llamo a mi Luna con todas mis fuerzas, pero no responde. Recuerdo su campo de gladiolos, corro hacia allá, pero no está. Tres pequeños niños corren entre las flores. Dos niñas y un hermoso niño que me recuerdan a alguien, pero no puedo saber a quién. Me miran y me sonríen. Luego, se marchan.
Un rico olor a lirio, mirra, loto y menta llega a mi nariz. Sé que he sentido ese olor antes, pero no puedo recordar dónde. Un calor reconfortante me envuelve. El dolor disminuye, puedo respirar mejor. Escucho a Mat en mi cabeza: —¡Jacking, despierta, nuestra luna está aquí! Y todas las imágenes regresan a mi cabeza, y su olor inconfundible me embriaga. ¡Sí, es el olor de mi Lu