Amet lleva dos días sin ver a Jacking y siente que algo le está sucediendo. Lo sabe por la conexión que tienen. No entiende lo que le ocurre y está confundido porque percibe a su Alfa dividido. Y lo peor es que Jacking no les permite entrar en su despacho, donde se ha encerrado, y lo necesitan. Junto a Teka-her y los otros tres, no pueden mantener la estabilidad de la manada en la tercera dimensión sin el Alfa Supremo. Debemos regresar lo antes posible a nuestro lugar o, al menos, a las cuevas milagrosas.
Amet volvió a tocar la puerta del despacho, acompañado de Horacio y Bennu, muy preocupados. Cuando estaban a punto de retirarse, sintieron un suave y débil: —Adelante. Al entrar los tres, se quedaron de una pieza. Parado junto al buró, se encontraba un Jacking muy demacrado. A su lado, su lobo Mat estaba en la misma situación. —¿Hermanos, qué l