Jacking estaba preocupado por su Luna, la sentía inmersa en un mar de confusiones. Se transformó en Alfa Supremo y fue a su habitación. Tocó la puerta y sintió cómo ella se asustaba. Desprendió su olor de Alfa y ella abrió la puerta rápidamente. La miró con amor y notó que se sentía culpable. Ella lo abrazó y lo besó con desesperación.
— ¿Te pasa algo, mi Luna? —le preguntó con la esperanza que ella fuera sincera con él y confesar todo.— ¡Mi Alfa, te amo! —fue la respuesta que recibió de Isis que no lo miraba a los ojos.— Lo sé, mi Luna. Yo también te amo mucho. ¿Puedes decirme lo que te pasa? —Insistió a pesar que su lobo protestaba en su cabeza de que no lo hiciera.— ¡No puedo, mi Alfa! ¡Prometo que lo voy a resolver primero y después