Al no escuchar su voz invitándola a entrar, empujó la puerta y entró, solo para encontrarse frente a frente con Jacking, quien la miró con fiereza, odio y rencor. De pronto se sintió muy pequeña mientras pensaba que debió hacerle caso a la nana de no molestarlo. Pero ya es demasiado tarde. Lo que pasó después aún la tiene anonadada en medio del pasillo, sin saber qué hacer o pensar.
Luego de ser expulsada vergonzosamente por el propio Jacking, quien dio un portazo a su espalda que todavía la estremece, Isis se quedó repasando lo sucedido, sin comprender qué había hecho mal. —¿Por qué estás aquí? ¿Es que acaso tengo que estar todo el tiempo contigo? ¡Estoy cansado de tener que cuidarte todo el tiempo! ¡Yo no soy tu padre, ni tu novio y ni siquiera tu amigo! ¡Por favor, déjame tranquilo! —