La preocupación por su Luna se mezclaba con la urgencia de la tarea que tenía entre manos, sabiendo que cada decisión que tomara afectaría el destino de todos los involucrados.
— ¿Entonces por qué? —preguntó Isis, preocupada. — Se ha presentado un grave problema en la manada —comenzó a explicar el alfa con tranquilidad—. Después de traer a tus padres, tengo que resolverlo. Todo ello va a robarme toda mi energía. No creo que pueda ir a verte hoy, mi Luna. — Cuídate mucho, mi Alfa. No quiero que te pase nada —dijo Isis al escuchar la explicación—. ¿Podemos hablar cuando termines? — No me va a pasar nada, mi Luna, pero estaré muy agotado —le aseguró el alfa, y luego sonrió al escucharla pedir hablar—. Sí, podemos hablar todo lo que quieras. Hasta luego, mi Luna