Estaba feliz de que todo hubiera salido muy bien. Ahora solo faltaba entrenar a esos dos. Tendría que hacerlo él mismo, porque el poder de su hermana era muy fuerte, sobrepasando al de los demás; ella era una Alfa Real. Cuando jugaban de niños, era el único que podía controlarla y, en ocasiones, tenía que intervenir su padre. A Héctor debería enseñarle todo desde cero. Bueno, eso sería a partir de mañana; ahora iba a ver a su Luna.
—¿Mat, crees que es buena idea llevar a Isis a ver a su loba Ast? —Le preguntó a su lobo dudando si a lo mejor resultaría algo bueno de eso. —No es mala idea —aceptó Mat. —Pero creo que deberíamos esperar unos días, para que nos extrañe más a nosotros. —¿Estamos siendo un poco egoístas, Mat? —preguntó Jacking preocupado. &mdash