El Alfa observa cómo Merytnert abre y cierra las aletas de su nariz, cierra los puños como señal de que está muy molesta, y se divierte al comprobar que, a pesar de todos los años que han pasado separados, ella sigue siendo la misma niña impulsiva y fácil de molestar.
— ¡Ru, te lo advierto! —Los ojos de Merytnert ahora casi rojos le indican que su loba está despertando, algo que agrada al Alfa—. ¡Me enojaré mucho contigo si le haces algo a mi mitad! ¡No me quieras ver enojada, Ru!El Alfa no puede contener la risa y ríe a carcajadas ante su pequeña hermana, que no se ríe y sigue mirándolo amenazante. A ella no le hace ninguna gracia que abuse de su poder con Héctor, a quien ama más de lo que creía posible, y ha decidido defenderlo de los lobos más poderosos que él, incluido su hermano mayor.— Ja, ja, j