90. ESTA MUJER ES SOLO MÍA
RHETT
—¡Mete la pelota en la portería, idiota! —la voz animada de Blair era como música para mis oídos.
Toda esta velada me parecía hasta irreal.
Sentada ahora en el sillón, le gritaba a la TV cuando era obvio que no entendía el juego que estábamos viendo.
Sobre la mesita de centro aún quedaban los restos de los platos de la cena y algunas cervezas.
No intenté nada fino ni glamuroso, simplemente ser yo y resulta que mis gustos son compatibles con los de ella.
Blair es simplemente perfecta para mí.
—Te vi riéndote… ¿qué es tan gracioso? —me señaló con un dedo acusador y una ceja alzada.
Disimulé la sonrisa en mi rostro dándole un sorbo a la botella y luchando por no desviar mis ojos hacia la transparencia en sus senos.
—Cariño… esa es la portería de su equipo, tiene que meter la pelota del otro lado del campo —le expliqué derritiéndome con el mohín que hizo.
Mi lobo estaba embelesado con ella.
—Ah… con razón… —masculló y un tinte rosa cubrió la concha de su oreja.
—Voy a buscar más pap