RHETT

Acabé con el mal que no me dejaba dormir desde hace años y solo esperaba el momento adecuado para jodernos.

El que rondaba mis tierras y tramaba en silencio en contra de mi pequeña sobrina, al fin… estaba muerto.

En realidad fue tan fácil, pero con Amy… todo resultaba posible.

—Mmmnn, qué asquerosa magia, pero qué bien se siente ser más fuerte… — Sus palabras resonaron magnéticas y roncas.

Abrió los ojos y estábamos tan cerca que podía verme reflejado en ellos.

Una sonrisa seductora apareció en la esquina de esa deliciosa boca que se relamía con la punta de la lengua.

Su mirada nada discreta bajó hacia mi evidente erección.

—Veo que no soy la única que ama los finales felices… —me dijo llena de picardía.

Una mezcla de Amy y Blair que estaba destinada a enloquecerme.

—Aún no he tenido mi final feliz… ¿sí sabes que eso es cuando se llega, pues… al final? —le seguí el juego porque no me quedaría pasivo ante su descaro.

Me incorporé arrojando el cuerpo decapitado del Alcalde Lunárqu