Mundo ficciónIniciar sesiónAlex no podía esperar un segundo más. Su mente era un torbellino de imágenes, recuerdos difusos y emociones que no terminaban de encajar. La revelación en aquella playa lo había dejado sin aliento.
Manejaba con el corazón acelerado, sin pensar demasiado en los semáforos, sin importarle el tráfico. Su único objetivo era verla, mirarla a los ojos y que le dijera la verdad. Que le confirmara que no estaba enloqueciendo.
Aparcó frente al edificio de Fuentes Moda y subió los escalones casi corriendo. La recepcionista se sorprendió al verlo aparecer con el rostro desencajado.
— Buenos días, señor Ruiz







