CAPÍTULO 52 — Otra mujer

Isabella esperaba en su oficina, había pasado horas preparando todo para la llegada de Estela. Aquel evento promocional era importante, pero lo que realmente la mantenía ocupada no eran los vestidos, sino sus propios pensamientos.

Desde la cita con la abogada, no había podido dejar de pensar en las palabras que escuchó: “Mi recomendación es que hable con su primer esposo y se divorcie, porque eso anularía su segundo matrimonio.”

Una frase simple, lógica, directa. Pero dentro de ella había detonado una tormenta.

Gabriel, Alejandro… dos nombres que pesaban como anclas en su pecho. Sabía que debía decidir, y pronto. Pero cada vez que trataba de hacerlo, el corazón le jugaba una mala pasada.

— Una decisión racional no siempre es una decisión justa —se dijo en voz baja, intentando calmar el temblor que se apoderaba de sus manos.

El reloj marcaba casi las diez y media cuando escuchó el golpeteo suave en la puerta.

— Adelante —dijo, intentando sonar serena.

Estela ap