CAPÍTULO 21 — Silencios que pesan
El atelier hervía de actividad. Hilos, bocetos, telas, agujas y maniquíes ocupaban cada rincón del amplio espacio. Faltaban apenas unos días para el desfile más importante del año, y tanto Isabella como Fátima sabían que no había margen para el error. Era la semana donde el talento, el esfuerzo y las emociones se entretejían con luces y aplausos.
Isabella no lograba concentrarse del todo. Revisaba la lista de invitados con una ansiedad contenida, deteniéndose más de una vez sobre un mismo nombre, como si buscara respuestas ocultas entre letras y apellidos.
— Tenemos confirmadas todas las revistas principales —dijo Fátima, repasando la tablet con determinación—. Vogue Latinoamérica, Elle, Harper’s Bazaar, y hasta la gente de New Trends. Ah, y este año los padres de Gabriel también asistirán.
Isabella levantó la vista bruscamente.
— ¿Los padres de Gabriel?
— Sí —confirmó Fátima—. La secretaria me lo mencionó ayer. Dice que están emocionados de ver el de