Mundo ficciónIniciar sesiónIsabela
Camila no iba a esperar. El timbre sonó en cuanto terminé de exprimir las naranjas.
—Suelta la sopa ya, ocupo saber todo lo ocurrido —replicó abrazándome.
—Pasa, por favor —reí, cerrando la puerta tras ella—. ¿Qué tal el turno?
—Espantoso. Tuve a un paciente que no paraba de cerrar la boca justo cuando iba a anestesiarlo. ¡Casi le muerdo yo a él! —Se sentó en el sofá suspirando pesadamente—. Necesito drama del bueno para olvidar que pasé tres horas peleando con un molar.
Acomodé la bandeja con los vasos de jugo y botanitas, dejando que la luz del sol hiciera brillar el anillo en







