Grayhaven amanecía cubierto por una bruma tan espesa que parecía tragarse el horizonte entero. Allyson Drake conducía lentamente por la carretera principal, observando cómo las luces de los postes apenas lograban abrirse paso en aquel mar de niebla. El silencio del pueblo, interrumpido solo por el crujir de la grava bajo las llantas, le recordaba lo aislada que estaba del mundo. Esa sensación de encierro era parte de lo que hacía tan inquietante a Grayhaven: un lugar demasiado perfecto para esconder secretos.
A esas alturas, ya llevaba varios días moviéndose discretamente, reuniendo información sobre la Fundación Halcón Gris, entrevistando personas bajo pretextos inocentes y observando cómo algunos rostros parecían volverse tensos cada vez que se mencionaba el nombre de la organización. Sin embargo, sabía que no estaba sola. Matthews le había recordado, más de una vez, que aunque parecía caminar sobre terreno seguro, la tensión crecía y la Fundación estaba bajo alerta.
Por eso, esa ma