—Entiendo —dijo Alexis, respirando hondo mientras sostenía el teléfono—. Estaré al pendiente, avísame cualquier cosa que suceda.
Colgó la llamada y se quedó un instante mirando al vacío, como intentando asimilar lo que acababa de escuchar.
Luego, su mirada se dirigió hacia Sienna, que ya se acercaba con pasos rápidos, notando la tensión en el rostro de su amado.
—Amor… ¿Qué está pasando? —preguntó, con una mezcla de miedo y preocupación.
Alexis la abrazó con fuerza, como si quisiera protegerla de una amenaza invisible que los rodeaba.
Su pecho se movía de manera acelerada, y podía sentir la ansiedad de Sienna filtrándose en su abrazo.
—Sienna… no quiero asustarte, mi amor —dijo, con voz temblorosa—, pero… Teressa escapó.
—¡¿Qué?! —La voz de Sienna se quebró. Sus ojos se abrieron de par en par, incapaces de procesar lo que escuchaba.
Su peor enemiga, su media hermana, estaba fuera del centro psiquiátrico y ahora representaba una amenaza directa contra ella y su familia.
Un escalofrío re